El día esperado

Era un día señalado en el calendario de varias generaciones de españoles. Reunidos con amigos, familiares y vecinos; en casas particulares, en bares y terrazas, en cuartelillos, en locales privados: finalmente ahí estaba, para dicha de nuestros ojos, ese momento de resonancias míticas en el imaginario colectivo, ese momento en el que el combinado nacional saltaba a un campo de fútbol a disputar el título de un Mundial. El acontecimiento paralizó al país, y tras un desenlace feliz, con el gol de un manchego, lo puso de nuevo en movimiento, con millones de conciudadanos tomando las calles, celebrando una fiesta histórica que llenó de júbilo una nación que había superado la última gran frontera deportiva que le quedaba.

En la Fuente del Moro.

Así, y con una banda sonora compuesta por tambores, pitos, vuvuzelas y las canciones de la hinchada, que entonaron el “yo soy español”, “España entera se va de borrachera” y otros clásicos populares, miles de personas se fueron congregando en los centros neurálgicos de la celebración local: la Gran Avenida de Elda y la Fuente del Moro a la entrada de Petrer. La marea roja colapsó ambos puntos durante varias horas: la gente se abrazaba, se bañaba, saltaba, cantaba… Los coches, con sus ocupantes sobre los capós, con medio cuerpo fuera de la ventanilla o metidos en el maletero abierto, formaban hileras de felicidad móvil que iban llevando la dicha nueva por todos los rincones de la ciudad.

En la Gran Avenida.

El buen humor y el cachondeo, muy en la costumbre española, estuvieron presentes toda la noche. Vimos al célebre pulpo Paul, que ha sido más fiable que todos los profesionales  del tarot de la madrugrada televisiva, bañarse en la fuente;  vimos vehículos y seguidores repintados al completo con los colores de la selección; vimos banderas gigantes y pancartas con toda clase de proclamas; hinchas ataviados sólo con calzoncillos rojos y amarillos y sombreros de todas las formas y tamaños… Se vio y se vivió, hasta altas horas de la madrugada, un éxtasis colectivo al que nada ni nadie pudo ser ajeno.

El gol de Iniesta en el cuartelillo eldense de "Les Fabes".
El gol de Iniesta en el cuartelillo eldense de "Los Larunwatas".
La Fuente del Moro, colapsada durante horas.
La Fuente del Moro, colapsada durante horas.
Las mangueras remojaban a los que no podían acceder a la fuente.
Las mangueras remojaban a los que no podían acceder a la fuente.
Una bandera gigante de la selección.
Una bandera gigante de la selección.
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Una perspectiva más amplia.
Una perspectiva más amplia.
Aquí, en el ojo de la vorágine.
Aquí, en el ojo de la vorágine.
La aglomeración se mantuvo hasta altas horas de la madrugada.
La aglomeración se mantuvo hasta altas horas de la madrugada.
También se dejó ver el pulpo Paul.
También se dejó ver el pulpo Paul.
Ya saben, todos pitando.
Ya saben, todos pitando.

Una banda amarilla sobre el rojo del vehículo y ya tenemos "coche oficial".
Una banda amarilla sobre el rojo del vehículo y ya tenemos "coche oficial".
En la Gran Avenida.
En la Gran Avenida.
Los maleteros, a tope.
Los maleteros, a tope.
Cuanto más lleno estuviera el coche, mejor.
Cuanto más lleno estuviera el coche, mejor.

4 thoughts on “El día esperado”

  1. un gran trabajo amigos y me ha gustado el titulo del articulo. pero es el cuartelillo de los larunwatas y no de les fabes. arriba españa

  2. Si tienes razón me parece lamentable que la gente sea feliz por un día pudiéndolo ser durante todo el año, tan solo haría falta que todo esa ilusión y esfuerzo se aplicase en gestionar mejor nuestros recursos pero eso es algo que a lo mejor no entiendes.
    Y eso de que me quede en casa acostao je je

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