La celebración del Día de Banderas el pasado domingo puso punto y aparte al fin de semana de actos festeros previos a la celebración de los Moros y Cristianos de Petrer, que se dejarán caer en menos de un mes. Si el viernes arrancaba este preludio de fiesta con la presentación de la revista y el sábado continuaba con el acto más solemne y emotivo de los celebrados estos días con el Pregón, sin duda el domingo era la jornada marcada en el calendario para llevar a la práctica la esencia festera de convivencia entre los amantes de estas entrañables fiestas locales en un día en el que la banda sonora la compusieron los estruendos de los cañones y arcabuces disparados por los capitanes en el alardo y el toque de color volvió a estar en manos de las abanderadas en el pasacalle vespertino.
Día de Banderas encarado a calentar motores
La jornada del Día de Banderas comenzaba a primera mañana del domingo con la apertura de los cuartelillos para celebrar los tradicionales almuerzos de las filas que integran la fiesta de Petrer. A media mañana, la alegría y el ambiente festivo se trasladaban de estos espacios cerrados a las calles petrerís para poner en común ese sentimiento festero a ritmo de animados bailes y variopintas conversaciones.
La agenda de este Día de Banderas continuaba por la tarde con la celebración del acto oficial del alardo. Puntuales a la cita, a las cinco la comparsa Vizcaínos, que detenta la media fiesta este año, iniciaba este ritual en la Plaza de Baix con los primeros disparos del capitán de la comparsa y su fila de honor, acompañados siempre por la rodela, que agasajaba a su capitán con un baile y un beso por cada disparo como manda la tradición. Los pasos de los Vizcaínos fueron seguidos por las comparsas de Marinos, Tercio de Flandes, Estudiantes y Labradores. Los capitanes del bando moro tomaron el relevo a los cristianos iniciando su alarde encabezados por los Moros Nuevos, a los que siguieron los Beduinos, Moros Viejos, Berberiscos y los Fronterizos hasta el punto y final fijado en el recorrido: la ermita de San Bonifacio.
El turno de las abanderadas llegaba a las seis y media, momento en el que, tras haber sido recibidas en el despacho del alcalde por las autoridades municipales y el comité festero, iniciaron el pasacalles ataviadas con las banderas recogidas la noche anterior de manos de sus predecesoras. Sus primeros pasos con este símbolo de la capitanía al hombro fueron aplaudidas por los cientos de festeros que se congregaron en las calles del recorrido hasta llegar a la ermita del patrón de los Moros y Cristianos de Petrer, donde se ofició una misa ya con las diez protagonistas de la fiesta presentes. La jornada del Día de las Banderas finalizó con el pasacalle de Bajada hasta la Plaça de Baix.
Vídeo extraído de Petrer TV