Después de un intenso fin de semana de competición, el balomano Atlético de Madrid volvió alzar una Copa del Rey 25 años después, revalidando el título que consiguieran el año pasado como Ciudad Real. Momentos mágicos sin duda los que habrá vivido el lateral derecho petrerí del conjunto campeón, Isaías Guardiola, que ha firmado una competición impecable saliendo en el equipo inicial en todos los partidos, para acabar batiendo en la mejor final posible al actual campeón de Europa. Todo ello, además, disfrutando del calor de su gente antes, durante y después de los encuentros.
Así, con una ciudad volcada en el acontecimiento deportivo, el equipo de la capital y el Barcelona (37-31) pusieron el broche de oro a la XXXVII Copa del Rey, en una final en la que el equipo de la capital fue de menos a más y acabó arrollando a su rival. De hecho, el Atlético de Madrid, ajeno este fin de semana a su idiosincrasia del pupas y del eterno sufrimiento, ha firmado un campeonato de impresión con un juego resolutivo y eficaz que le ha llevado a ganar los tres partidos por un mínimo de seis goles de diferencia. Casi sin despeinarse, que diríamos: primero se deshizo del Ademar (35-28), en un partido bonito pleno de recursos ofensivos, después del anfitrión Torrevieja (27-20), a quien supo contener en su entusiasmo y acabó imponiendo su superior condición técnica, y finalmente le levantó la final al favorito, el Barça, en una segunda parte plena de confianza.
Un sonriente Isaías ha estado esta mañana en la localidad y además de ver a familia y amigos, ha tenido tiempo de acercarse a saludar al alcalde, que en su condición de diputado de Deportes ha vivido muy de cerca este campeonato.
