Cada vez son más los ciudadanos que apuestan por la filosofía de vida basada en el «somos lo que comemos». Aunque a pasos cortos, el mercado de productos ecológicos, uno de los principales pilares que sustentan esta teoría, toma cada vez más fuerza dentro de la industria agroalimentaria, todavía liderada por la producción agrícola convencional, muy arraigada en el sistema capitalista.
A nivel local, la venta de alimentos agrícolas naturales es ya una realidad al servicio de los consumidores de este tipo de productos. Y es que, el pasado sábado abrió sus puertas la «Tienda de la Reserva», que pone al servicio de los ciudadanos frutas y verduras recolectadas de sus propias huertas y otros alimentos cultivados por agricultores ecológicos de la zona y de otros puntos del país.
Múltiples beneficios
Son ya algunos años los que el colectivo La Reserva viene distribuyendo sus productos a consumidores de la comarca, aunque sin un punto de venta concreto, ya que anteriormente repartían a domicilio los alimentos cultivados. Ahora el grupo ha dado un paso más, estableciéndose como cooperativa y ofreciendo una tienda donde sus clientes pueden ver y escoger los productos que se llevarán a casa e incluso visitar uno de los huertos que dan vida a estos alimentos.
La tienda recién inaugurada se encuentra en pleno campo, a camino entre Elda y Petrer, concretamente en el Camí del Cirerer. Sus propietarios, el arqueólogo Tomás Palau, el periodista Vicente Deltell y el agricultor Antonio García, han emprendido este proyecto que tiene como punto de partida el respeto al medio ambiente y a la salud del consumidor. Y es que los alimentos que venden se cultivan sin pesticidas ni abonos contaminantes, por lo que su producción no atenta contra el ecosistema además de que favorece la biodiversidad y da como resultado productos muy nutritivos y de alta calidad que conservan sus propiedades naturales. El paladar del consumidor también lo agradece, ya que el sabor de estos alimentos es mucho más intenso que los producidos a través de la agricultura convencional.
Consumidores concienciados
Son sobre todo los jóvenes los que han conformado el grueso de la clientela de este colectivo hasta el momento. Palau explica que son los que más concienciados están al tener acceso a la información a través de medios de comunicación «no convencionales». «Son personas muy informadas y muy conscientes de los beneficios de los productos ecológicos y de los perjuicios que pueden ocasionar los alimentos convencionales. Si la gente supiera realmente lo que se lleva a la boca, cambiarían muchas cosas», explica el arqueólogo reconvertido a agricultor, que además apunta que en el resto de Europa la agricultura biológica está muy asentada pero en España todavía no ha acabado de despegar a pesar de ser uno de los principales productores europeos. «El 80% de lo que se cultiva en nuestro país se exporta. Falta todavía camino por recorrer aquí», indica.
Uno de las principales barreras a superar por este colectivo es la concepción que tiene la sociedad de que los productos ecológicos son mucho más caros que los convencionales. «El kilo del tomate lo vendemos a unos dos euros, que es más o menos lo que cuesta en una frutería convencional. Lo que no podemos compararnos son con estos establecimientos que hay ahora que venden las frutas y verduras tan baratas. No entendemos cómo pueden hacerlo, ¿cuánto se ganará el agricultor si el precio final es tan reducido?», se pregunta Palau.
Alimentos recién salidos del huerto
Los productos con los que se van a encontrar los ciudadanos que pasen por la tienda de La Reserva proceden directamente de los dos huertos que tiene el colectivo (uno donde está la tienda y otro en el Chorrillo) además de los adquiridos a otros agricultores de la zona que también siguen la producción ecológica. «Los alimentos que no cultivamos nosotros se los compramos a otros productores ecológicos. Aunque la idea es ampliar nuestros cultivos porque con el transporte ya se genera contaminación», apunta Palau. Precisamente, de cara al futuro, uno de los proyectos que ya baraja el grupo es producir su propio aceite de oliva.
Y es que, si el negocio prospera, La Reserva se plantea ampliarlo y con ello dar empleo a otros ciudadanos de la zona. «Nos gustaría que la gente apostará por nuestro proyecto, que es un proyecto local que puede dar trabajo a más personas y que además tiene muchos beneficios para la salud de los ciudadanos», indica Tomás Palau.
Por el momento, los días de venta directa al público de los productos de La Reserva son los jueves y viernes por la tarde en horario de 17:00 a 20:00 horas y los sábados por la mañana de 10:00 a 13:30 horas aunque mantienen el antiguo servicio a domicilio para los ciudadanos de Elda, Sax y Petrer.
Os deseo toda la suerte del mundo,en vuestro proyecto, porque la vais a necesitar. La agricultura, cultivando uno mismo, trabajando, y no siendo un mero intermediario es muy dura.(a ver si cuadrais el círculo )
Animo y Endavant.