Para varias generaciones de españoles, e incluso ahora, hay dos nombres que rápidamente acuden a nuestra mente cuando hablamos de documentales de naturaleza y aventura en nuestro país: ‘El hombre y la tierra’, del siempre añorado Félix Rodríguez de la Fuente, y ‘Al filo de lo imposible’, que ha dirigido durante tres décadas Sebastián Álvaro. Ambos, el primero más centrado en el medio ambiente y la vida animal salvaje y el segundo en el montañismo, la aventura y los deportes de riesgo, son ejemplos de lo mejor que puede ofrecer una televisión púbica: contenidos originales y muy trabajados, llenos de imágenes espectaculares que eran vehículo de valores como el respeto, el aprecio de la diversidad o el compañerismo y que además eran fuente de conocimiento de otras latitudes y paisajes físicos y culturales. “Lamentablemente ahora abunda la telebasura, también en el género documental”, cuenta Sebastián Álvaro; “todos conocemos la importancia de una televisión educativa, transmisora de valores, que tenga también un papel formativo en los jóvenes y no tan jóvenes. Cuando yo comencé a realizar programas, imperaba la convicción de que un medio televisivo público debía tratar de elevar el nivel cultural a la población que se dirigía. En la actualidad, no obstante, hay poco cariño por lo público en general en nuestro país”.
Ganador de decenas de reconocimientos en su carrera, la voz de Sebastián Álvaro es una de las más autorizadas en la materia y reflexiones como esa llenarán la tarde del sábado (a partir de las siete) en la Fundación Paurides, en la conferencia, y posterior proyección, que ofrecerá el madrileño. Así, tras la presentación del “Primer diccionario de montañismo valenciano», de José Soler Carnicer, será el turno de repasar algunos de los momentos más emocionantes vividos al filo de lo imposible, en las más de doscientas expediciones que al frente del programa firmó Sebastián. “Transmitir las emociones es precisamente uno de los aspectos más importantes, y también más difíciles, a la hora de acercar la realidad de las expediciones. No es sólo el paisaje exterior, la belleza de la localización o la dificultad del reto que se quiere alcanzar, sino también el viaje interior del alpinista, el poso vital que la cumbre planta en el expedicionario”. Qué difícil debe ser conseguir eso, transmitir la verdad interior, y yo me acuerdo de aquella voz en off tan característica del programa, aquellos textos llenos de profundidad humana y literaria. “Después hay más cosas”, concede Sebastián, “los planos elegidos, el ritmo que otorgas a la narración, etc. Hay formas de hacerlo: eso es el documental al fin y al cabo. Creo que nosotros llegamos a hacerlo bien, y prueba de ello es su longevidad”. El programa, que comenzó en 1982, aún se emite, aunque desde 2009 no ya bajo su dirección. Podemos dar la noticia, no obstante, de que el año que viene veremos de nuevo su talento tras las cámaras: “El año que viene finaliza mi acuerdo con RTVE de no competencia en la realización de documentales y haré nuevos trabajos. No haré tantos como en la época del programa, claro, pero sí uno o dos al año”.
Buena nueva, pues, que uno de los pioneros en España retome un género que ayudó a definir, porque no olvidemos que el equipo de ‘Al filo de lo imposible’ debió hacerlo todo prácticamente desde la nada. No había en España un acervo cultural e histórico de aventura romántica y en ese empeño no sólo parieron algunos momentos irrepetibles en televisión, sino que también contribuyeron a fomentar y dignificar los valores de deportes como el alpinismo, el piragüismo o ala delta, con representantes nacionales, hoy, entre los más destacados del mundo. Buena nueva también que todavía haya cosas que contar para quien ha vivido centenares de aventuras, quien de hecho realizara el primer programa de ‘Al filo’ en el Karákorum, posiblemente el horizonte de montaña más bello del planeta, que agrupa a cinco de los catorce ochomiles del globo. Quiero decir, si empiezas ahí, ¿dónde pones el techo?: “Desde luego que hay historias por contar. Eso es lo que ha hecho cambiar la faz de la Tierra: creer en lo improbable, en que algo puede ser posible por muy difícil que parezca, es precisamente la base de la ciencia”. Ese lugar, por cierto, le cambió la vida: “Pasé de estar haciendo telediarios a organizar y dirigir por primera vez una expedición, en la que estuve a punto de morir además. Cambió mi percepción, anímica y profesional. No sabía que pasaría conmigo en la tele, pero sabía que yo haría documentales”.
La pasión, pues, como motor vital irrenunciable será seguro tema de discusión en la conferencia de Sebastián Álvaro el sábado en Paurides. Sebastián, por cierto, también es noticia en el valle por sumar a esos múltiples premios que mencionábamos al principio (dos medallas en el Festival Internacional de Nueva York, premios en distintos festivales como Calcuta, Banff o Torelló, las medallas de oro y plata en el Festival de Hamburgo, dos premios Ondas y nueve premios de la Academia de la Televisión, abrevia la Wikipedia) el Premio Cuentamontes 2014 de Difusión del Montañismo. “Es un honor para mí. Cualquier reconocimiento te llena de humildad y de gratitud”, sostiene. “Y es un profundo orgullo, estoy al tanto de la impresionante labor que desarrolla Cuentamontes por el mundo de la montaña con un espíritu que yo comparto y suscribo”.
magnifica radiografia de Sebastian Alvaro y de lo que ha significado «al filo de lo imposible»
Yó no me perdia ni uno de sus programas y no faltaré a la cita en Paurides.