En el 2010, hace ahora cinco años, escribí un artículo en la ya desaparecida revista Ecoeco al que titulé “Prohibido prohibir” que trataba de los carteles que algunos propietarios, se empeñaban en colocar en la montaña ignorando los derechos de los ciudadanos a transitar por las sendas, veredas, cañadas y caminos, sobre los que existe establecido un derecho legal de paso, por no hablar de la Ley de aguas que igualmente contempla, en la Naturaleza, ramblas, barrancos y costas que tampoco pueden ser cerradas.
Entonces, catalogué el cartel de la izquierda como “el modelo de los influyentes” (ya saben, gente por lo general, corrupta sobre la cual hemos venido sabiendo en los telediarios, creyendo que esto sólo pasa en Madrid o Barcelona) y aseveré que era de los más graves por cuanto no era de recibo que la administración valenciana, con el dinero de los contribuyentes, defendiera propiedades privadas. Públicamente, en aquel artículo, emplacé entonces a la Guardia Civil del SEPRONA para que indagase sobre tal desatino, ajeno al sentido común. Y tardaron, tardaron mucho tiempo; mucho más que esclarecer el robo de una gallina, y eso que las pancartas no se habían movido del sitio, pero al final quedó demostrado que dichos carteles eran ilegales. Además, en el colmo del cinismo, me cuentan luego que el propietario tiene construido su chalet, ILEGALMENTE, dentro de los límites de la cañada real que por allí mismo pasa. Si ello es así, ¡ya te cagas, lorito!
No contento con eso, ahora, me encuentro en el mismo lugar (Collado del Miñón, que separa las montañas de Camara de Las Barrancas), el cartel de la derecha que, iconográficamente, prohíbe a los montañeros el sendero de Las Barrancas, en uno de esos cotos de caza donde me cuentan que hasta se han permitido poner vigilancia privada para impedir el paso a excursionistas, despreciando a la Ley que es muy clara pues, en los cotos de caza se prohíbe cazar sin la documentación y demás permisos en regla, PERO NADA MÁS por lo que los ciudadanos, que no portemos armas, podemos seguir haciendo uso de nuestros derechos legalmente reconocidos (transitar sendas y caminos) ya que, si todos los propietarios de terrenos nos prohibieran el paso, o los “señores de la caza” arrendasen toda España, sólo podríamos salir de las ciudades por carretera o ferrocarril y nadie podría caminar por una naturaleza llena de alambradas, vallas, tapias y verjas. La ley es clara y no está exenta de sentido común y justicia social. Por su parte, el cazador que porte un arma, debe saber muy bien, por Ley y reglamento, hacia dónde y cómo disparar; a cuantos metros, como mínimo, ha de estar de cualquier camino o ruta frecuentada y hacia donde no puede ni apuntar con su escopeta, extremo que debe cumplir.
Pues bien, ahora descubrimos que también parece ser falso el cartel de la derecha, motivo por el cual, desde Cuentamontes lo denunciamos a la administración, además de hacerlo aquí, animando a los ciudadanos, y especialmente a los montañeros, a que destapen todo este tipo de abusos que suponen una clara corrupción del espíritu de las Leyes que atenta contra la libre circulación por las montañas. Que no se dejen intimidar por quienes no respetan las Leyes. Tiene guasa que la administración valenciana argumente peligro de incendios y que eso no afecte a los cotos de caza que se atreven a poner estos carteles, mientras la “autoridad” mira a otro lado. ¡Qué país de pandereta!