Una mañana me adentré en la rambla de Puça a la altura del Molino de la Reja con mi nueva cámara de fotos para contemplar y fotografiar la fauna que allí habitaba. Me senté al lado de una charca a la espera de que las ranas escondidas se acostumbraran a mi presencia y salieran de sus escondites para poder ser fotografiadas.
Al cabo de no mucho tiempo asomaron sus cabecitas los primeros anfibios y poco a poco quedaron al descubierto ante mi cámara. Pude hacer muchas fotografias y me fui fascinado al contemplar la gran cantidad de fauna que se había instalado en la rambla, pero al cabo de varias semanas regresé para realizar más fotos, y, para mi sorpresa y disgusto el número de ranas había disminuido notablemente debido al fin de la salida del agua desde la mina. Las charcas practicamente se secaron y desgraciadamente no pude encontrarme con la gran variedad de fauna que anteriormente había contemplado.
hombreeee ,enhorabuena Rafa y bienvenido .
Muchas gracias, cuento con algo de tu ayuda para seguir aprendiendo.