Nota: Publicado originalmente en la Revista Alborada 50 – 2006. Todas las fotografías obras de Grupo de Montaña Gregal.
La sierra de la Umbría, popularmente conocida como «Las Barrancadas», es la gran desconocida de los eldenses. Si en el escudo del C.E.E. mostramos con orgullo la imagen de la silla del Cid, la más familiar montaña y símbolo geográfico del valle se erige en término de Petrer. También nos resultan familiares Bateig, Camara y, sobre todo, el pequeño y frecuentado monte de Bolón. Pero solemos olvidarnos e injustamente al relegar la montaña más atractiva e interesante que contempla el término de Elda, la más bella por su configuración orográfica, atractivo paisajístico y grandeza montañera.
Las Barrancadas se extiende de noreste a suroeste sobre los términos municipales de Elda, Salinas y Monóver. Se trata de una larga cadena montañosa que presenta gran pluralidad morfológica; gradualmente asciende en una sucesión de cimas, abriéndose en las faldas de una y otra vertiente una serie de barrancos que concentran la vegetación y la humedad, dando cauce natural al agua de lluvia y siendo el origen del nombre popular de «Las Barrancadas». La cuerda cimera de gran parte de la sierra, siempre por encima de los 700 metros, sirve de frontera entre los términos de Elda y Salinas, y a partir de la penúltima cima, el Alt de la Bola de 842 m., se inicia el término de Monòver, confluyendo en dicha altura las tres demarcaciones. El vértice geodésico y máxima altura de 847 metros, también conocido como La Bola, pertenece ya a este último municipio. La privilegiada situación geográfica de la sierra facilita su visibilidad desde grandes distancias; viniendo de Alicante ya es fácil divisarla desde las cuestas del Rebolledo.
¡Una montaña de tal entidad, maravillosa para el disfrute excursionista, y sin embargo muy poco transitada por caminantes y senderistas! Un hecho paradójico y sorprendente cuya explicación quizás resida en la circunstancia de que prácticamente toda su extensión es de propiedad particular, motivo que también ha contribuido a que los senderos de GR o PR no se señalicen por su dominios, aunque encontraremos algunas sendas que merecen y mucho la pena. La típica travesía de Las Barrancadas, sin duda el recorrido montañero más atractivo en suelo de Elda, se inicia en el collado Toscana, justo donde acaba Camara. Con algunas dificultades, por los trastornos producidos por la obra del AVE, veremos una senda poco marcada pero muy evidente, que asciende suavemente por las primeras elevaciones de la sierra y nos sitúa ya en el cordal elevado que no abandonaremos hasta la cumbre. Vamos a encontrar escaso desnivel aunque buena extensión, caminando cómodamente, casi siempre, por la parte más elevadas de las diferentes ondulaciones, en dirección a Monòver, flanqueando alguna de las cimas secundarias y roquedales (que quedan como opcionales), lo que facilita sugestivas vistas a las dos vertientes: la costa alicantina y el mar a la izquierda, la sierra de Salinas, la laguna y los montes de Caudete con los molinos de viento a la derecha, mientras que hacia delante divisamos las sierras de la Zafra, Algayat, el Coto, la Pila, y bastantes extensiones al interior de la provincia de Murcia.
Una hora y media después alcanzaremos la cumbre. El regreso se efectúa por el mismo trayecto y, si queremos endurecer la excursión, se puede combinar con el ascenso a Camara o saliendo andando desde la ciudad. También existen rutas desde Monóver y Salinas. Por el mismo collado Toscana desde el que hemos iniciado la excursión discurre desde los antiguos tiempos de la Mesta una importante «Cañada Real», camino para la trashumancia del ganado, cuya propiedad todavía hoy debería pertenecer a la comunidad de ganaderos, pero estos ancestrales derechos no siempre son respetados y la obra del AVE ha obligado a un cambio de trazado. Es ineludible destacar, atribuible sin duda a a poca intervención de la mano del hombre, el magnífico estado de conservación de la sierra, admirablemente libre de restos, basuras y resplandeciendo en su estado natural. Una naturaleza especialmente benévola con Las Barrancadas, gracias también a su propicia situación geográfica. Al no existir grandes obstáculos para las corrientes de aire provenientes de la costa, el clima, ubicado dentro de la amada zona sublitoral pero con elementos de la litoral, resulta muy propicio con temperaturas más suaves y pluviosidad más abundante que en la ciudad, siempre contando con que la irregularidad es la norma. Gracias a estos factores, en toda la sierra encontramos el típico bosque mediterráneo, en la transición de zona seca a semiárida. Cubierta forestal compuesta básicamente por pino carrasco (reforestado) y carrasca o encina en menor cantidad pero apreciable, tanto arbustiva como arbórea. El bosque ha experimentado en los últimos años un importante crecimiento con los consiguientes beneficios para la filtración del agua de lluvia, dándose el caso de que dicha sierra cumple un decisivo papel hidrográfico para las aguas subterráneas, especialmente contribuyendo a los acuíferos de Salinas. En el sistema de fallas inversas al pie de la sierra se originan también las ramblas del Sapo, la Melva y el Derramador, algunos de los elementos más importantes en término de Elda, tributarios del río Vinalopó. La mayor densidad boscosa se localiza lógicamente en la cara noroeste, pero es sorprendente la gran riqueza forestal que también se ha desarrollado en la corona cimera y en la cara sureste, pese a constituir una típica solana, contribuyendo a enriquecer el escaso patrimonio natural de Elda. Algunas de las zonas descritas se hallan catalogadas en el Inventario de Suelo Forestal de la Generalitat Valenciana. Estamos en los dominios del coscojar, muy sano y de una riqueza y variedad casi ejemplares. El sotobosque de matorral es realmente exuberante (en la ladera de Salinas resulta casi imposible caminar fuera de senda): coscoja, romero, lentisco, albaida, enebro, coronilla de fraile, estepa negra, espino negro, brezo, rosáceas, etc. Entre las plantas medicinales abunda la manzanilla, tomillos, espliego, etc. Mención especial merece una variedad de tomillo, el thymus moroderi, planta aromática y digestiva endémica de la provincia de Alicante que se utiliza para elaborar el famoso licor espiritoso «cantueso». Junto a las comunidades vegetales descritas anteriormente, por toda la sierra y debido a la variedad morfológica de espacios naturales que atesora: farallones rocosos, suelos salinos, arcillosos y básicos, etc., se han desarrollado una increíble variedad de especies vegetales arbustivas incluyendo buen número de endemismos incluidos en el catálogo de Flora Endémica, Rara o Amenazada creado por la Consellería de Medio Ambiente en 1988. Señalamos algunas de ellas: siempreviva, saladilla rosa, palomilla, helecho de roca, clavel de pastor, rabo de gato verde, poleo amargo, zamarrilla o falso poleo, consuelda, etc. Resulta sintomático destacar que en esta sierra, como en tantas otras del entorno natural del valle, conviven plantas características de zona en proceso de degradación hacia una etapa inferior como el romero, coscoja, espino negro, jara, etc., con otras indicadoras de suelos más ricos, buena salud forestal y bosque mediterráneo consolidado: lentisco, madreselva, aladierno, etc. Una situación aleccionadora, pero no podemos olvidar que la sierra de la Umbría no es una excepción, la mayor parte de espacios naturales de la Península se encuentran en situación amenazada debido a la acción antrópica: incendios, expansión de las ciudades, poco amor a la naturaleza, pistas para quads, motos trial y vehículos todoterrenos. Incluso en los últimos tiempos se da un fenómeno engañoso: sucede a veces que se dice proteger lo que en realidad se está destruyendo. A este respecto es necesario denunciar la lamentable situación, muy deterioradas, en que se encuentran multitud de pistas forestales en buena parte de las montañas del valle por causa de los quads, el vehículo de moda, un problema considerable sobre el que las autoridades no parecen haberse sensibilizado todavía; es ineludible limitar el tránsito en dichas vías.
Referente a la fauna, se contabilizan aves rapaces: córvidos, gavilanes, búhos, etc., además de lagartos, serpientes jabalíes y una formidable variedad que reúne varias decenas de especies.
De forma sorpresiva, la sierra de ha cobrado actualidad recientemente. Un proyecto urbanístico de campo de golf y 7.500 viviendas, emplazado al pie de la sierra sobre su vertiente sureste en el término de Elda y que incluye la recalificación de una importante superficie forestal, ha sido aprobado por el Ayuntamiento, lo que ha provocado la lógica disparidad de opiniones entre partidarios y detractores. Mientras que los primeros defienden el PAI como vehículo de revitalización de una ciudad deprimida por la crisis del calzado y un aprovechamiento de las especiales condiciones climáticas y geográficas, los que se oponen lo hacen desde la defensa del patrimonio forestal, montañero y paisajístico. El tiempo nos dirá si esta iniciativa fue acertada, pero lo que parece cierto es que la Las Barrancadas ya nunca volverá ser lo mismo.
*Nota: El proyecto del campo de golf nunca se llevó a cabo.
Desgraciadamente el vertedero ilegal (o de los corruptos) y el ave an hecho mucho daño por decir lo mas dañino, pero gracias a varios propietarios que cuidamos y Velamos por conservar nuestra querida montaña Elda tiene un paraje natural único desgraciadamente casi nadie se interesa por ayudar a conservar este paraje.ay varios cotos donde se debería vijilar o controlar mas para evitar por ejemplo la tala de arboles ,caza furtiva,y vertidos de particulares.