El otoño ha llegado a L´Avaiol con gran fuerza, en cuanto a lo que a la fauna se refiere, pues estamos observando ya la entrada de especies que han estado de veraneo durante estos meses atrás, en sus naturales ciclos de migración, y las autóctonas que han criado espléndidamente, inundando nuestros campos con sus armoniosos cantos.
El sábado pasado, y como ya es habitual en mí, salí a uno de nuestros observatorios, no adivinando lo que la mañana me iba a deparar.
Fue magnifica la variedad y cantidad de animales que visitaron al hide, no dándome descanso ni para tomar mi pequeño almuerzo. Había veces que no daba abasto a disparar la cámara ante la gran cantidad de animales concentrados y la intención por mi parte de no perder detalle del espectáculo que tenía delante.
Además de los acostumbrados y fieles visitantes, aparecieron los pájaros carpinteros, esquivos como siempre, pero que en esta ocasión lo hicieron en varias ocasiones, tanto machos como hembras. Y ello contando conque estas aves sólo acuden a beber o bañarse, ya que como insectívoros que son, pasan de la comida que normalmente aportamos para las demás especies.
Los petirrojos hicieron acto de presencia, después de varios meses de ausencia.
También entró un zorzal común con su precioso recién estrenado plumaje.
Pero la gran sorpresa me la dio la presencia de un mirlo capiblanco, al que también se le llama de montaña. Ello fue un verdadero regalo, ya que por mi parte nunca lo había visto, pues esta zona no es su hábitat normal, y tampoco tengo referencia de que se haya podido fotografiar por aquí, así que tuve la inmensa suerte de poder hacerle dos fotografías solamente porque no me dio lugar para más, ya que tan pronto como llegó, se marchó. La segunda foto la he desechado porque lo cogí en el momento de levantar el vuelo y lo corté por la mitad.
El animal es verdaderamente precioso: ligeramente de mayor tamaño que su primo común, pero con un plumaje originalísimo pues da la sensación de ser escamas de un pez, rematado por un collarín casi blanco (de ahí su nombre), que lo dota de una elegancia y una belleza pocas veces contempladas en un ave.
Finalmente y para que no faltase de nada, también me visitó un conejo silvestre que me dio la oportunidad de fotografiarlo por primera vez.
De todo este espectáculo, acompaño una pequeña muestra de lo que fue esta magnífica mañana del recién estrenado otoño.
NOTA: En días sucesivos, continuaremos mostrando más imágenes de esta prolífica sesión fotográfica de Paco Choclán, en la que llegó a tirar más de 200 instantáneas.
¡Menuda sorpresa! Yo tampoco pensaba que alguna vez se podría encontrar un mirlo capiblanco en estas tierras, siempre creí que vivían a altitudes mayores, y más en una zona como esta donde el frío no es especialmente intenso. Muy buenas todas las fotos, mi enhorabuena Paco.
amigo paco ¡ahora si que te felicito! Las fotos de nuevo una pasada.
Esta vez no creo que nuestro querido y común amigo LLuis, te rectifique, es un auténtico mirlo capiblanco, y un fotón.
Un abrazo
Amigo Paco:
Las fotografías, como siempre, son extraordinarias. La del mirlo de montaña, posiblemente, será irrepetible. Si fueses cazador te diría que has conseguido un gran trofeo.
Felicidades, y dale un abrazo a los amigos que dejé ahí.
Rafa
En efecto, un espléndido macho de mirlo capiblanco con su plumaje otoñal recién estrenado.
Enhorabuena Paco por la selección de fotografías otoñales que nos muestras, que vienen a verificar por un lado, la biodiversidad que se mueve por l’Avaiol y, por otro, la pasión y esfuerzos que dedicas para obtener dichas instantáneas.
Mis felicitaciones.
Un abrazo
Lluís