A mediados del mes de agosto, tuve la oportunidad de acercarme a nuestros montes y ver de cerca los rigores del calor extremo, y puedo asegurar que a eso del mediodía, a 40 grados más o menos, es duro siquiera respirar. Así pude ver algunos animales de la zona que lo están pasando mal estos días de mucho sol y aire casi irrespirable. Las aves acudían con el pico abierto para poder respirar y todos en general no dudaban en bañarse para refrescarse, dándome no poca envidia.
Ya para terminar, dedicar estas fotos a mi hijo Manuel, que me acompañó en varias sesiones y sólo él sabe el calor que pasamos, pero como me dijo él… valió la pena.
muy buen reportaje. Has sabido captar el insufrible calor que esta soportando nuestra fauna este verano. La expresion de felicidad de la la cara del arrui bañándose lo dice todo.
Bonitas colección de fotos, felicidades. Canicula, agua y calor
Estupendas fotografias!
No solo por el cariño que te tengo, siendo objetivo, yo las veo realmente muy buenas! UN ABRAZO.