En la tercera semana de confinamiento, el miembro de la Asociación de Amigos de L’Avaiol, Luis Villaplana, sigue recluido en la finca familiar intentando aprovechar el tiempo, y vaya sí lo está haciendo. Hoy se ha puesto manos a la obra para recuperar y podar un olivo centenario que se encontraba abandonado. «No sólo es preservar la vida de un olivo magnífico, sino también mantener el legado y respetar las obras y plantaciones de nuestros abuelos, que nos dejaron una vida arbórea y una cultura agraria en la zona que merece conservarse», nos cuenta.
