El pasado sábado día 10, por la tarde, mientras hacía ruta de prevención de incendios y después de varias horas, paré en las inmediaciones de una charca artificial en el Cabeço, a unos 930 metros de altitud en el término municipal de Relleu. Como no había estado en la zona en mucho tiempo, me acerqué a ver el nivel del agua. Estamos pasando el año más seco de los que recuerdo, así que mucha animales dependen de estas charcas para su supervivencia.
Para mi sorpresa, me encontré a una pareja de culebras de collar –Natrix natrix– copulando. De pronto, el niño que todos llevamos dentro, empezó a sorprenderse de cómo copulaban dentro del agua, y del tamaño de la hembra, bastante más grande que el macho (eso lo comprobé después en casa mirando la guía), o como el macho mismo, más pequeño, estaba más tiempo bajo el agua. También me quedé mirando cómo tenían abiertos los ojos bajo el agua, imaginando el mecanismo de cierre de los orificios nasales bajo el agua, etc… Por unos momentos, volví a ser niño, a disfrutar de estas cosas a hacerme este tipo de preguntas, a disfrutar de la naturaleza, y en fin, de la vida.