Los hipermercados se han propuesto ponérselo cada vez más difícil a las bolsas de plástico, que parecen tener los días contados tras el anuncio de Carrefour de suprimirlas, al menos de forma gratuita. Sin embargo, si tenemos en cuenta que cada una de estas bolsas de un solo uso tarda 400 años en descomponerse, de momento nos llevan mucha ventaja para ganar la partida medioambiental.

Pero no hay que ser pesimistas, que por algo hay que empezar. La cadena comercial lleva desde agosto ‘ensayando’ la medida, bautizada como ‘bolsa caca’, y será el 15 de octubre cuando se haga efectiva en Alicante. Medida que se suma a las ya iniciadas por la competencia, menos ambiciosas, eso sí, que desde hace tiempo ofrecen alternativas ecológicas y biodegradables al plástico para el embalaje o transporte de la compra. No en vano, por cada persona que utilice una bolsa de lona o tela se ahorrarían 5 bolsas de plástico a la semana, 20 al mes y hasta 18.000 en toda una vida, según informa el grupo en su página web, lo que redundaría en una disminución de CO2. Asimismo, en otros países donde ya se ha implantado esta opción y se cobran las bolsas de plástico, su uso se ha reducido notablemente, o lo que es lo mismo, que se ha demostrado que es efectiva.

Y se trata una medida que ha despertado una gran expectación. Aunque no es nueva, ni mucho menos. ¿O no iban nuestras abuelas a comprar con capazos o cestas? ¿O no tenemos en casa guardada en algún cajón una antigua bolsa de pan, bordada a mano, que en su día tuvo un uso más práctico? Resulta que nuestros antepasados eran unos avanzados en esto de la conservación del medio ambiente, y no nos habíamos enterado. Pues imitémosles y pongamos nuestro granito de arena, que además podemos aprovechar y desestresarnos cosiendo a mano una bonita cenefa de punto de cruz para nuestra bolsa del híper.

Otro aspecto es el siempre desagradable asunto del dinero. Porque las cosas como son, a Carrefour le va a salir muy rentable dejar de ofrecer gratis las bolsas de plástico. Pero para eso se ha cubierto las espaldas con acuerdos para realizar acciones de política social ‘verde’. Y es que la estrategia comercial y empresarial no tiene por qué estar reñida con la conciencia ecológica.

En el otro lado de la moneda se encuentran quienes se dedican al sector del plástico, que no ven con buenos ojos esta medida y se esfuerzan en eliminar de la mente de los consumidores la demonización de la bolsa de plástico. Su mayor baza: afirman que el 100% de las bolsas de plástico es reciclable y se recicla el 100% de las bolsas que van al contenedor amarillo (que es el que les corresponde, para el que todavía no lo sepa). El problema aquí es que nos cuesta separar y reciclar, por lo que al porcentaje de las bolsas de plástico que va al iglú amarillo aún le falta para alcanzar las cifras deseables. Y eso que hemos mejorado bastante en los últimos años, y en términos generales de reciclaje superamos, incluso, los objetivos de la Unión Europea (UE). Así, en 2008 seis de cada diez envases se reciclaron correctamente en España, 7 puntos más que lo propuesto por la UE, según informaron desde Ecoembes (sociedad sin ánimo de lucro en pro del reciclado). En números enteros, en el apartado de envases de plástico se reciclaron el pasado año 289.823 toneladas, lo que supone el 38,4% y un 12,8% más que en 2007.

Por todo esto, lo importante no es la forma en la que contribuyamos a oxigenar nuestro planeta, bien con bolsas de tela a lo ‘vintage’ o utilizando los modernos contenedores de reciclaje, sino que lo hagamos, aunque nos tengan que dar un empujón para ‘envolvernos’ en las buenas prácticas medioambientales.