Hoy comenzamos otra aventura en la publicación, la de conocer un poco más a fondo la fauna del valle y sus costumbres mediante seriales dedicados cada vez a un animal. El objetivo no es más que el conocer y valorar la riqueza natural que nos rodea, y así aprender y comprender los comportamientos y el desarrollo de la vida de los otros habitantes de nuestro entorno. Todo lo aquí apuntado, por cierto, es fruto de mi observación directa durante años.
En este sentido, son muchos los vecinos lectores que me ven por la calle y me cuentan cómo les motivan estas publicaciones a acercarse al campo. Realmente me llena eso, porque hay mucho que aprender, de verdad. Quiero resaltar lo enriquecedor que puede llegar a ser contemplar una serie de comportamientos de una especia en particular, ver cómo se ayudan entre ellos, cómo se compenetran para alimentarse, para alzar la voz de alarma, para sacar adelante una crianza, para salvarse la vida mutuamente… Después de muchos años observando la fauna en libertad, creo que esa armonía que desprenden viene de algo que no han perdido nunca, un respeto entre todos, una convivencia que parece que a nosotros se nos olvidó hace mucho tiempo.
Bueno, después de esta reflexión personal vamos al tema, hoy comenzamos con un ave un tanto especial que pertenece a la familia de los córvidos, el arrendajo.
Reconocimiento visual
Ave de tamaño mediano -35 centímetros de longitud- es el único córvido con un plumaje más claro y colorido que los demás. Cabeza ancha y pico fuerte y robusto, garganta blanca con bigotes negros a ambos lados de las mejillas. Tiene una cresta blanca con puntos negros que solo la alza para casos extremos, como en defensa ante un peligro, o bien cuando se relaja totalmente, como en un baño. El pecho es de color canela y las alas negras, con ese peculiar mosaico azul y negro en su dorso -como de teselas romanas-, que ha devenido en una de sus principales señas.
Vuelo
Debido a que se trata de un ave sedentaria y forestal, se desenvuelve muy bien entre la espesa vegetación de pinos y arbustos. Suelen ser territoriales, por lo que defenderán su territorio ante otros intrusos. Cuando el arrendajo emprende el vuelo, lo suele hacer en distancias cortas, de pocos metros, de árbol a árbol prácticamente: esto lo hace para no ser vulnerable ante las rapaces que los observan desde sus atalayas, principalmente el azor, ya que el gavilán puede verse en un buen lío con uno de estos.
Alimentación
Son aves muy inteligentes, por lo cual se adaptan muy bien a cualquier medio. Pueden ser recolectores, cazadores o carroñeros, lo cual le convierte en oportunista, aprovechando todo lo que esté a su alcance. Su dieta es muy variada e incluye frutos, aves, reptiles, insectos…
Una de sus mejores cualidades es la de recolectar cantidades enormes de comida en pocos minutos. De hecho, en lo que tarda una ardilla en comerse una almendra, el arrendajo ya se ha echado al buche más de media docena.
Comportamiento
Durante la época de cría (mayo-julio) permanecen en parejas, construyendo un nido en lo alto de un árbol. Construyen primero una plataforma de ramas más gruesas para darle resistencia, después en su interior lo acomodan con hierba fina, plumas, pelo…
La hembra pondrá de 3 a 4 huevos, de los cuales sobrevivirán dos pollos, normalmente los primeros al nacer, pues aquí el tamaño importa mucho, si eres el más canijo del nido estará abocado al abismo. Allá por septiembre, cuando todos son adultos empiezan a formar bandos (grupos) de varios individuos para formar un equipo, que se alimentará y protegerá durante el otoño y el invierno.
Entre sus cualidades están la de ‘chivatos’, siempre cautos ante un inminente peligro, el encargado de la vigilancia ante la vista de un enemigo empezará a emitir unos graznidos graves y continuos para avisar a sus compañeros y así no coger a ninguno desprevenido. Otra cualidad es la de imitar a otras especies de aves más pequeñas para que se confíen y aproximen para después darles caña.
Su punto débil
En el único momento en que el arrendajo puede ser vulnerable es en la noche, a tratarse de un ave forestal son muchos los enemigos que comparten su territorio y al caer la noche muchos ojos pueden estar observando el momento de darles caza, como ginetas, cárabo, garduñas, búhos, etc.
Próximamente, más entregas de «Conociendo a nuestra fauna» con más protagonistas.