Caprala fue la partida rural elegida para la ocasión. Como viene siendo habitual, la Federación Valenciana de Montañismo organiza el Día de la Montaña Limpia. En esta ocasión, el centro elegido fue el Centro Excursionista de Petrer, el cual eligió un paraje conocido por muchos habitantes, no solo de Petrer, sino del valle del Vinalopó, el Arenal de L’Almortxó, situado a la entrada del valle de Caprala. Un evento que, además, conto con un tiempo meteorológico excelente.

En torno a las ocho de la mañana, se habilitó, junto a la caseta de información del Paraje Protegido Municipal una mesa para inscribir a los asistentes, en torno a un centenar. A pocos metros, en una pinada, se instalo las mesas para el desayuno. En torno a las ocho y media, los voluntarios fueron saliendo en grupos en dirección al Arenal de L’Almortxo, la Casa del Dolç e incluso el campamento de Caprala.

En conjunto, el barranco de Caprala, en el entorno del arenal no está demasiado sucio, quitando las ya habituales latas oxidadas o papeles que alguien, sin muchas luces, lanzó pensando en que “otro lo quitará”. Aun así, surgieron algunas sorpresas, como una rueda de camión que algunos encontraron abandonada en medio de la naturaleza, como muestra del incivismo que algunos todavía poseen.

Una vez recogida la basura, en torno a las once, se procedió a una picaeta y al sorteo de varios obsequios, como calzado o mochilas, gentileza de los patrocinadores.

Quien siembra vientos, recoge tempestades

Con este refrán, modificado para la ocasión, se pone de manifiesto uno de los males crónicos de la civilización, sea cual sea su origen, localización, idioma o religión: la ingente cantidad de vertederos incontrolados y qué hacer con la basura que genera el hombre. Bien es cierto que la “sociedad occidental” ha generado la mayoría de residuos que contaminan este planeta, otras zonas no se libran de culpa, ya sea el típico individuo trajeado de los países occidentales o ciudadanos de países considerados por los occidentales como “paraísos en la Tierra”.

A nivel local, la proliferación de vertederos ilegales, incontrolados y carentes de medidas de contención, reciclaje y control esta generado por personas que, bien por falta de concienciación, bien por gente sin escrúpulos amparándose en los recortes de gastos, arrojan toda clase de residuos en cualquier zona que tenga acceso fácil y que no esté controlada.

En nuestras manos está el controlar y erradicar conductas que “barbarizan” la sociedad, rebajándola al mismo nivel que un animal irracional y que, además, afean nuestros montes y degradan con su “vista” y “olor” las zonas donde aparecen.