O ”primero el hombre, después los patos” ,“el agua es gratis”, unas de las muchas frases que fueron salpicando la interesantísima conferencia que nos dio Graciela Ferrer, este pasado viernes. La cultura del agua del siglo XX, que se sigue imponiendo en este nuevo siglo.
Las dudas que fueron surgiendo:
¿Quién le pone precio al agua? ¿por qué hay un negocio tan lucrativo para unos pocos?¿por qué no se cumplen las normativas de la Directiva marco del agua?¿qué pasa con el régimen hidrológico natural?
Estas y otras muchas dudas fueron respondidas por la ponente durante su intervención, como pudieron descubrir el medio centenar de espectadores, sin presencia de autoridades, los ríos nuestro río se encuentran en un lamentable estado ecológico.
Cuando se afrontó la pregunta del caudal ecológico, la respuesta fue muy poco alentadora, a día de hoy no existe una cantidad determinada bajo unos parámetros justos y racionales como determina la directiva Marco, porque el plan por el cual estamos regidos es del 97, que no contempla estos caudales está completamente obsoleto.
El sábado 16 nos llevamos a Graciela de excursión hasta la salida de la depuradora de Villena, allí pudo observar la cantidad de agua que se vierte a la Acequia del Rey( gran afluente del Vinalopó), y el estado de la misma. También descubrió el caudal que proviene de las salinas del Salero, que será el principal aporte, junto con los 10 litros segundo de la depuradora previstos, para el río Vinalopó.
El agua no entiende de políticos, administraciones y colores, por supuesto no entiende de enriquecimientos económicos, no estaría mal que las administraciones entiendan que el día que todos nuestros ríos estén secos y la biodiversidad se extinga las consecuencias las pagara nuestra especie. El caudal ecológico del rio debería ser natural, no el del agua de las depuradoras como lamentablemente ocurre a día de hoy, por una sobreexplotación de las aguas subterráneas para uso masivo en explotaciones de agricultura intensiva y otras.
Si el agua es un recurso natural, al que todo ser vivo tiene derecho, es indispensable que la fauna y flora de nuestro río tenga las condiciones que se merecen para que continúe el ciclo de la vida.
Por Encuentros del Vinalopó.