Hace un año y nueve días, Vicente Ferrer i Monchó fue ingresado de urgencia en el hospital de Anantapur, región del estado indio de Andhra Pradesh, tras sufrir un accidente vascular cerebral.Falleció tres meses después, debido a complicaciones respiratorias.
Vicente Ferrer combatió en la guerra civil, perteneció a la compañía de Jesús, fue expulsado de la India injustamente y volvió gracias a la palabra de la primera ministra, por entonces, Indira Gandhi. Creó, luchó, y se expandió por el mundo dejando un legado que, hoy en día, continúa vivo gracias a un equipo de cerca de 1.900 personas y al apoyo de más de 140.000 colaboradores, 40.000 viviendas, tres hospitales generales, un centro para enfermos de SIDA, 14 clínicas rurales, casi dos mil escuelas y centros de enseñanza, 120 bibliotecas, centros especiales para ciegos, sordos y disminuidos psíquicos, miles de pozos de agua, 2.300 embalses y tres millones de árboles frutales.
En el año 2002, siete años antes de dejarnos, Ferrer pasó por Petrer. Y su labor cautivó a los que pudieron escucharle. El ayuntamiento destinó a partir de 2004 ayudas a la fundación por valor de más de 75.000 euros desde 2004 hasta la fecha. Y el pasado jueves aprobó una moción para adherirse a la plataforma que solicita el premio nobel a la fundación que lleva su nombre.
Hace apenas unos meses, el Ayuntamiento acordó, vía presupuestos, reducir la ayuda al Tercer Mundo del 0,7 al 0,3. No es una cantidad enorme para nosotros, pero para ellos sí. De 93.000 € hemos pasado a 42.000 €.
Feliz aniversario para la solidaridad. Puentes, pasarelas, fachada norte, nuevas vías de acceso al casco urbano y pocas vías de acceso a la humanidad.