La grandeza del ser humano

Si nos paramos a observar uno a uno a nuestros congéneres, nos daremos cuenta de la maravilla que subyace bajo un cuerpo físico, de toda la carga emocional, intelectual, de experiencias que acumula la mente de toda persona con la que nos cruzamos en nuestro diario devenir. Me maravilla y no puedo dejar de expresar esa enorme variedad, esa riqueza de mundos, de interpretaciones de ese mismo mundo que se lee con solo pararse un poco para intentar descifrar a la persona que tenemos enfrente. Si lográramos comprender solo un poco de sus vericuetos e imágenes mentales únicas, nos llevaría a tolerarnos mejor, a respetarnos, ya que cada persona en este mundo es un tesoro, es un aporte ineludible y siempre necesario para la manifestación de  la vida tal como la conocemos y la entendemos. Somos las notas necesarias para que la melodía del cosmos se oiga, vibre en todo el universo, y nadie es excluible de esta composición, todos somos maestros en nuestra sección, aunque el talento que mostramos no sea apreciado por las circunstancias presentes, ese talento es imprescindible y hay que apreciarlo como tal.

Todos, todos sin excepción logramos el éxito en nuestro fracaso, aprendemos de nuestros errores, y aunque se muestre ante nosotros o nosotros mismos seamos indigentes monetarios o intelectuales, el paso por este estado nos aporta la experiencia necesaria para ambicionar el bienestar que requiere y que mueve al ser humano a superarse y ser cada vez mejor. La rueda de la vida nos hace estar unas veces arriba y otras abajo, el comprender esto nos hace ser más equilibrados, nos lleva a comprender que nada permanece igual, que todo esta en continuo cambio, y que tanto los malos momentos como los buenos se modifican en un sentido u otro. El saber discernir esto  nos proporciona un estado de latencia que nos hace permanecer distantes ante los cambios de la vida, implicados pero no absorbidos por la situación emocional que se nos presente, evitando dramatizaciones innecesarias que nublan nuestra inteligencia.

Así, cada ser humano es como un libro para ser leído, un libro de misterio, de imágenes preciosas, de recuerdos, de presentes y de proyecciones futuras, de encuentros, desencuentros, drama y comedia, todo en un solo ser, todo en cualquier ser. Esto me maravilla, me llena de amor y no puedo dejar de expresarlo.

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