Simplemente, preocupada
Hoy me he levantado preocupada. Podría haberlo hecho cansada, indignada, pesimista, apática o simplemente, con sueño. Pero, hoy, me invade la preocupación.
Hoy me he levantado preocupada. Podría haberlo hecho cansada, indignada, pesimista, apática o simplemente, con sueño. Pero, hoy, me invade la preocupación.
El apagado de las luces navideñas y el «encendido» de las rebajas de enero anuncia el fin de la parafernalia de la Navidad a la vez que ratifica la continuidad de la parafernalia del consumismo.
En la vida, en demasiadas ocasiones, tendemos a centrar todo nuestro pensamiento en aspectos negativos, a concentrar todas nuestras fuerzas en resolver aquellos conflictos que, muchas veces, más que solucionarlos, lo que hacemos es volver y volver a ellos en forma de espiral, sin posibilidad de salir de allí y afrontarlos de frente y con firmeza.
Democracia agotada. Política caducada. Ciudadanos apáticos, descontentos, indignados. Por fin, la indignación, parece haber despertado para convertirse en una especie de cometa que jóvenes y adultos se pasan de mano en mano haciendo volar distintas voces, diversas opiniones, sentimientos enclaustrados durante mucho tiempo, reivindicando la liberación de las cadenas que los sujetaban.
3.500.000.000 de Euros. Las cifras altas me marean. 3500 millones de Euros, que se dice pronto. Eso mismo es lo que deben los clubes de fútbol de la afamadísima y reconocidísima liga española BBVA.