La reseña: Revista del Vinalopó 14 – Cartes de Poblament del Vinalopó

*Nota: Reseña publicada en la revista Festa 2012.

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Revista del Vinalopó nº14, Cartes de Poblament del Vinalopó: la repoblació després de l’expulsió

Varios autores. Ed. Centre d’Estudis Locals del Vinalopó, 2011

 

Siguiendo la estela de la conmemoración de aniversarios históricos abierta por el IV cen­tenario de la expulsión de los moriscos (1609-2009), que motivó la publicación de los resultados del III Congreso de Estudios del Vinalopó, el pasado año 2011 fue el año de conmemoración del proceso repoblador de las tierras y pueblos del Medio y Bajo Vinalopó tras la expulsión de sus habitantes moriscos. Proceso repoblador que culmina con el otorgamiento de las denominadas Cartas Puebla o de poblamiento, constituidas en documentos jurídicos de primer orden, pues en ellas quedaba estipulada la forma de gobierno de las villas, las cargas impositivas que pesaban sobre las habitantes de las mis­mas, así como sus derechos y deberes para con la Señoría.

Con tal motivo, el Centro de Estu­dio Locales del Vinalopó aporta de nuevo su grano de arena al cono­cimiento de un hecho histórico de gran trascendencia que, si bien ha pasado desapercibido para el gran público, marcó un antes y un des­pués en la configuración demográ­fica, social y cultural de toda la comarca del Vinalopó. Pues, no en balde, ese fue el momento en el que llegaron a estas tierras un gran número de familias, y con ellas sus apellidos, todavía vigen­tes hoy en día, así como sus costumbres, festividades e incluso devociones religiosas.

Con tal motivo, la Revista del Vinalopó, n° 14, como prin­cipal órgano editorial de esta asociación cultural comarcal, dedi­ca su amplio dossier central a La Repoblación después de la Expul­sión. Titulo que recoge un total de siete trabajos centrados en el estudio bien de la repoblación, bien de las citadas cartas pueblas desde su aspecto jurídico y normativo; entre los cuales sobresa­len los dos trabajos dedicados a Petrer. Fue precisamente el día 19 de agosto de 1611, cuando don Antonio Coloma, II conde de Elda, otorgó la Carta Puebla de Petrer, por la cual confirmó el establecimiento de los nuevos pobladores.

De la mano de los investigadores de la historia local como Tomas Pérez Medina y Ma Carmen Rico Navarro, junto al infa­tigable Enrique Mira-Perceval, encontramos sugerentes y docu­mentados trabajos.

El primero, bajo el título «La Carta Pobla de Petrer. Una cò­pia del segle XVIII», y desde una perspectiva marxista, afronta un análisis de la carta puebla de Petrer como documento legal en el que ya se intuyen los orígenes de las tensiones sociales que durante los siglos XVII y XVIII llevaran a los petrerenses a mo­dificar el pacto Señor-Vasallos para mejorar las condiciones eco­nómicas de los vecinos.

Por su parte, la cronista de la villa de Petrer, de nuevo acom­pañada a la pluma por el genealogista Mira-Perceval afrontan el estudio de la repoblación desde las familias y el origen geográ­fico de las mismas. Bajo el sugerente título Antroponimia y Ge­nealogía de los nuevos pobladores de Petrer (1611-1612) aportan una preciosa y valiosa información para conocer tanto el origen geográfico de los nuevos poblado, caso de Castalla, Biar Jijona y núcleos de la huerta de Alicante (Monforte, Agost, San Vicente y Muchamiel). Apellidos tan de Petrer como los Rico, los Poveda, los Payá, los Vicedo,  Miralles, Montesinos y otros muchos hasta alcanzar la cifra de cuarenta y nue­ve que son analizados y comparados con los apellidos mayoritarios actuales, mostrando la evolución de los mismos y la prevalencia de unos sobre otros en la antroponimia actual.

De igual modo, y respecto a otras poblaciones del Vinalopó, encontramos dos estudios sobre los orígenes de la repoblación eldense, tanto desde el punto de vista geográfico como lingüístico, caso de Emilio Gisbert Pérez y Miguel Angel Guill Ortega, respecti­vamente; o de Novelda, caso Mª Carmen Blasco y Carmel Navarro; o de Aspe, con Gonzalo Martínez Español; e incluso de Sax, que sin moriscos ni nuevos repobladores, colaboró con la emisión de repo­bladores hacia Elda, Monóvar y Novelda, tal y como documenta el estudio de Vicente Vázquez.

Sin duda, un buen y comple­to elenco de investigadores y de trabajos que van a marcar un antes y un después en los estudios de la repoblación de nuestros pueblos tras la expatriación de aquellos compatriotas moriscos, víctimas de la intolerancia religiosa, cultural y social de la época.

Como complemento del Dossier, la sección Documenta aporta la transcripción de las referidas cartas pueblas de todos los municipios del Vinalopó. Hecho que pudiera parecer baladí, pero que a juzgar por la dificultad para localizar las transcripcio­nes de cada una de las cartas pueblas, estamos convencidos de que se convertirá en un apartado de indispensable consulta para los actuales y futuros investigadores de los siglos XVII y XVIII.

Por su parte, en el apartado Varía podemos encontrar dos interesantes estudios centrados en el Alto Vinalopó. Uno ellos, de la mano del prolífico e incansable investigador Vicente Vázquez nos acerca al conocimiento de la biografía yobra  del sajeño Pedro Estevan Alpañes «el maestro Requinto», músico y maestro ebanista que marcó una época al frente de la banda de música «La Primitiva», al tiempo que dejando su apronta profesional en las hermosas puertas de las grandes casas de la burguesía terrateniente sajeña de la segunda mita dd siglo XIX; por cu parte J.F. Domene, aporta un detallado estudio histórico del origen y vicisitudes del antiguo conven­to agustino de las Virtudes, en Villena, hoy en día convertido en el santuario homónimo.

Por último, y al igual que otras publicaciones de la Revista del Vinalopó, en su sección OP.CIT. recoge una breve reseña de las escasas publicaciones que, en el ámbito de las Ciencias Sociales, se han publicado a lo largo del 2011 en las tierras irrigadas por el río Vinalopó.

En fin, un nuevo número de la Revista del Vinalopó en la calle. En los tiempos de crisis que corren, todo un éxito para una asociación cultural sin ánimo de lucro, que apuesta por el conocimiento de nuestro pasado como seña de identidad comunitaria de futuro.

 

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