Fui para sentarme
enfrente de ELLA.
Susurrarle
con mis LÁGRIMAS
La Verdad.
La miré.
La miré durante horas
sin decirle
NADA.
Ahí estaba,
con su cuerpo
VIRGEN,
¡brillante!
̶ ¿Qué ocurriría
si un día
tu vaivén
cesase?
Si tu CUERPO
de MUJER
guardase
reposo
ETERNO. ̶
̶ No pasaría nada,
MARINERO,
el mundo
seguiría su curso
sin echar de menos
las olas.
La miseria
del HOMBRE
está en creer
que aquello
que hacéis
es crucial
para la existencia ̶.
̶ Dónde quedaría
el estruendo
de tus gritos
contra las rocas,
el desahogo…
ese modo
de pedir socorro
en voz alta. ̶
̶ Seguirían ahí, Pablo.
El desgarro más poético
es el que se lleva dentro.
Pregúntale
al agujereado
corazón
de Mayakovski
o a la “insomnilandia”
tráquea
de Pavese..̶
Entonces entendí
que necesito
SILENCIO
y escribir
para mí
y mis adentros.
Seguir
cerrado círculos,
esperar
a solas
el TODO
o la NADA
que me aguarda
AHORA
que tengo pánico
a la VIDA
y a la MUERTE
enamorada.
No sé si se trata
de un ̶ adiós, lectores y lectoras ̶
o un hasta luego incierto
durante días
o una, dos o más semanas.
No sé
si viajaré
al abismo
del gorjeo
o continuaré
navegando
SOLO
sin rumbo
ni futuro,
ni destino.
Sólo sé
que no se NADA.
Temo que mis
VERSOS
me hayan dejado VACÍO.
Siento
terror
al seguir escupiendo
lo que no sé si SOY
sabiendo que puede
que esté mintiendo.
Quizá
no me queda
por decir
mucho
más
de lo que he escrito;
aunque eso sí,
tengo
mis miserias
barbechando en el tintero
y el ALMA
intacta,
palpitando
ante el destino.