Como Pessoa
(en frente de la tabaquería),
no soy NADA.
Nunca seré NADA.
No puedo querer ser NADA.
Aparte de esto,
TENGO
en mí todos los sueños del mundo.
La HUMANIDAD
terminará cuando amanezca
y lo que no ves,
AHORA mismo,
amor mío,
mientras estás aquí,
tapada con las sábanas
de mi CARNE,
no EXISTE.
La OSCURIDAD
iluminada
por la luz
amarillenta
de las farolas
de las esquinas.
Todo aquél
que deambule
por las calles
es un cadáver
que no tiene
un CUERPO
donde refugiarse.
Los pájaros
que trinarán
en unas horas
en realidad
están agonizando,
y el rocío
son las lágrimas
del alba
que llora
porque no habrá
otra MAÑANA.
Los besos
que voy a darte
son los que jamás
te han dado.
Besos
de CARNE
Y VIDA
(que es lo que me falta).
Los POETAS
cuando besan
MATAN.
¡Se desangran!
Y créeme,
MUJER,
son pocos
los que escalan
montañas,
viajan a Nicaragua
o te hacen virgen
con sus palabras.
Mis caricias
con la yema
de la palma
de mis dedos
son plumas
de golondrinas
que deslindan
la piel
de las venas
para erizar
tu ALMA,
cristalizar
tus pechos de piedra
y algodón,
y hacer que tus pezones
de acero y escarcha
se yergan
hacia mi BOCA,
y mis dientes
se amamantan
de su leche
invisible.
Tus manos
en mi cráneo,
apretándolo
contra todo
tu CUERPO
enfervorecido.
Tus PIERNAS
se abren,
levitando
como la nube
blanca
por el cielo
y en la flor
de su centro
ya es primavera.
¡Humedad y FUEGO!
para arder por dentro:
mis labios
besando
volcánicos
labios,
mis manos,
mis dedos,
mi lengua,
mi ancla
CARNAL…
Se encenderán
tus mejillas,
tu pelvis,
tus glúteos…
se derretirá
tu columna vertebral
para reptar
por todas
las partes
de mi espalda
y los GEMIDOS,
la saliva
y los GRITOS
escribirán
en tu CUERPO
(que es un libro)
con letras de ORO.
No soy NADA.
Nunca seré NADA.
No puedo querer ser NADA.
Aparte de esto,
TENGO
en mí todos los sueños del mundo
aunque a la mañana siguiente
la HUMANIDAD
se habrá extinguido
y cualquier ENTE
que quedé VIVO
será motivo suficiente
para no poder ABRAZARME
jamás
porque significará
que YO
SOY
un MUERTO.