Perderte ha sido mi muerte
y tu salvación.
Sabe que detrás de mis versos
se esconde un pesimista
que engalana sus defectos
con placébicas palabras.
No hay un poeta tras las lineas,
sólo un ser incontrolable
que lucha contra sí mismo
para intentar salvarse:
Egoísta, depresivo,
con tendencia suicida…
Cómo quererte sin quererme,
cómo amarte eternamente
si requiero de la soledad
y el fracaso para inspirarme
y escribir
y sentirme vivo.
No busco el perdón pues es inconcebible,
hallo tormento donde debería habitar la calma.
Este tiempo de luna y silencio palia mi culpa hasta mañana
pero la ausencia de poesía en mis escritos,
ahora que se ensañan conmigo las faltas de ortografía,
me conduce al abismo de la nada.
Un sublime paisaje me aguarda
al saber que no puedo esperar que regreses.
Reposan cadáveres de oro con metales
incrustados en las sienes…
Escribo sólo para escuchar la melodía del teclado
sin más intención que la de combatir
la miseria de mis noches,
la desidia de los días,
el insomnio en madrugadas,
la ausencia de vida por las tardes…
Altea me reclama
como lo hizo la muerte un tiempo atrás.
Vislumbro mi silueta
entre Las cimas de la desesperación
y como entonces,
el cobarde
que se esconde
tras el valeroso alter ego de marinero
amordaza la esperanza de ser inmortal.
Fui Ícaro sin alas,
Ulises en el mar Mediterráneo,
Odracir sin sirena…
El destino galopa por mi psique,
plétora de sangre que riega el iris opaco…
«Vendrá la muerte y tendrá tus ojos»,
-bendita tú eres entre todas las mujeres-
amante fiel,
compañera de batalla,
ramera infame,
amor platónico,
esposa puritana…
Me parece que es un escritor que promete mucho y sus versos son como una brisa fresca la poésia obsoleta de España.