Escritos de un joven indecente (CXXII): lluvia gris de domingo negro

Sin título-1

El sudor
es queroseno
en los
senos
de
CARNE
de nieve
y rosa
pétalo
pálido
del
ALMA
y los
OJOS
del poeta
que será
caminante
sin mástil
ni navío.

Es domingo
y el fin
del MUNDO
llegará
en horas,
cuando
la humanidad
ceda
al SILENCIO
de la NOCHE
NEGRA
y los cuervos
festejen
con cánticos
el ECO
de la NADA.

Llueve
ahí afuera
y los
MUERTOS
corren
a las tumbas
y el sonido
de las gotas
de la LLUVIA
son las
dos
uñas
de la guadaña
de la parca
jugando
a sacarse
punta
y de entre
la niebla
grisácea
que empaña
la cima
de la cumbre
de la montaña
de Altea,
dos
hermosas
golondrinas
hacen
justicia
y danzan
ebrias
al compás
del crepitar
de la existencia.

Sólo
ELLAS
merecen
seguir
entonando
las asonantes
de este
poema
«errantemente»
dulce

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *