Sólo
YO
aguanto
el tormento
del
desierto
que es un CIELO
de cian
magnético
y blanco
brea.
Pluma
de GOLONDRINA
y yunque
junco
de hierro
oxidado
en el recuerdo.
Lustro
a lustro,
dos
en el pasado
desde
el ocre
y la pistola,
la MAR
y sus rocas
(negras)
venas
donde
la paleta
mediterránea
es ahora
de grises
escala:
La dama
del
DRAMA,
las camas
pasadas;
pesadas
en el subconciente
aprisionado
por sus
sábanas
de tinta
y flujo.
Planchas
de cobre,
estética
del arte.
Noble
en intenciones,
suicida
en consecuencias…
HOMBRE
y bestia,
llanto
y palabra.
Del mañana
sólo
el viento
del amanecer
en la incógnita
que guía
el camino
de la lucha
después
de vender
el alma
por necesidad
y superación.
Estoy
venciéndome
a mí mismo;
sin fama,
sin nombre,
sin militancia,
sin ismos
ni partido.