Lejos de lo que se suele pensar, las modas son pasajeras y las tendencias son las que permanecen. Aparecen tímidamente como un guiño a la originalidad y colección tras colección, van ganando adeptos hasta convertirse en el ‘must have’ de la temporada.
En el momento en el que alcanza su punto más álgido, cuando erróneamente nos atrevemos a llamarla moda porque todo el mundo la sigue, es cuando el ciclo de vida de una tendencia comienza a decaer paso a paso hasta su desaparición temporal, aunque nunca total. Al fin y al cabo, la moda es cíclica y se reinventa a sí misma para recuperar viejas tendencias, y tan subjetiva como personas hay en el mundo que se atrevan a ser originales y no dejarse llevar por los dictados de las revistas de moda más importantes.
Estamos más que acostumbrados a escuchar hablar de la vuelta a los años 50 de mano de la popular serie Mad Men, de los 70’ con la recuperación de la campana o de los 80’ con las combinaciones de colores imposibles. Y tanto reciclamos que llega un momento en que una se pregunta si queda algo por inventar en moda o nos limitamos a reinterpretar una y otra vez las mismas tendencias.
En cualquier caso, y sin menospreciar nunca la capacidad creatividad de aquellos que abren el ‘baúl de los recuerdos’ y se atreven con el temerario juego de las combinaciones peligrosas para revolucionar temporada tras temporada el universo fashion, no me queda más remedio que rememorar ‘viejas glorias’ del mundo de la moda a través de sus nuevas versiones.
Y en esto caso, os propongo viajar atrás en el tiempo hasta la compleja década de los 80’ en la que triunfaron las melenas cardadas y las hombreras, pero también la incoherencia de la mezcla de colores puros sin condiciones.
En fin… Vuelve el monopolio del color a través de la composición de estilismos en bloques inconexos de tonos puros. La tendencia ‘color block’, o como a mí me gusta llamarla ‘pure Pantone’, protagoniza la explosión de color que augura un optimista verano.
Y dentro de este carnaval al más puro estilo circense, me gustaría destacar una ‘subtendencia’ derivada de los bloques de color ‘ochenteros’ en la que predominan los tonos sólidos y las formas simples sobre un fondo blanco al más puro estilo Mondrian.
Sí, ya sé que los puristas amantes del arte me odiarán por hacer tan osada comparación, pero la inspiración es libre y nadie puede acusarme por esta anecdótica alusión al neoplasticismo del pintor vanguardista holandés.
Pero no sólo nuestro atuendo presume de Pantone esta temporada porque se impone el maquillaje a todo color. Ha llegado la hora de dibujar nuestra mirada en tecnicolor con la paleta cromática más llamativa y perfilar nuestros labios con los colores más sensuales. Los tonos coral, el clásico rojo pasión y el fucsia más divertido serán los protagonistas de nuestra sonrisa.