Hacia el final de la pena de muerte

Según el informe sobre las condenas a muerte y ejecuciones en 2010, hecho
público a finales de marzo por Amnistía Internacional, los países que
siguen utilizando la pena de muerte se están quedando cada vez más
aislados tras una década de avances en el camino hacia la abolición.

Las ejecuciones registradas oficialmente por Amnistía Internacional en 2010
se elevaron al menos a 527, lo que supone un descenso respecto al año
pasado, en el que como mínimo fueron 714. Al parecer, China llevó a cabo
miles de ejecuciones en 2010, pero este país sigue manteniendo su
hermetismo habitual sobre el uso de la pena de muerte.

Un total de 31 países han abolido la pena de muerte en los últimos diez
años, pero Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán y Yemen siguen
figurando entre los que llevan a cabo más ejecuciones, vulnerando en
algunos casos de forma flagrante las normas internacionales de derechos
humanos.

Las ejecuciones pueden estar disminuyendo, pero en varios países continúan
imponiéndose penas de muerte por delitos como los relacionados con drogas,
los económicos, el mantenimiento de relaciones sexuales entre adultos con
consentimiento mutuo y la blasfemia, en contra de lo dispuesto por las
normas internacionales de derechos humanos. Por otro lado, y también
haciendo caso omiso de estas normas Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos,
Irán y Pakistán condenaron a muerte a personas por delitos cometidos
cuando tenían menos de 18 años.

En el informe de Amnistía Internacional se pone de relieve que se
registraron algunos retrocesos, pues en seis países y territorios se
reanudaron las ejecuciones y en uno se amplió el ámbito de aplicación de
la pena capital. Pese a ellos, los datos de 2010 permiten establecer que
estamos más cerca de conseguir la abolición de la pena de muerte en todo
el mundo.

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