Pánico
en el
vértigo
del ángulo
del vórtice
entre
la distancia
y lo no escrito,
donde
el nido
de las golondrinas
que habitan
gorjeando
en silencio
tiembla
como
el trigo
del páramo
del frío…

El ruido
de los
MUERTOS
transitando,
deambulando
por las VENAS
de la ciudad:
trenes,
esquinas,
noches,
peleas,
luces,
barullo
y condena
alienada…

Si se me escapara
el MUNDO
creado
en el estudio
donde
los buitres
y los esqueletos,
donde
las lunas
y la oscuridad
que los protege
desaparece…
qué será
del POETA
que empieza
a considerarse
como tal.

La tragedia
se respira
en la nuca
descarriada
del abominable
MISTERIO:
la distancia,
el miedo,
el hogar
con esquelas
y ojos
cubriendo
los VERSOS
que me conducirán
a la fama
quedarán
a media
asta
y el
baluarte
que es
la calle de la POESÍA
se desintegrará
y la NADA
no será
transformada
en VERSO,
sino
el sino
del FINAL
de una tragedia
anunciada.