El jovencísimo guitarrista belga Tuur Segers, un nuevo valor que ya despunta en el mundo de las seis cuerdas con apenas 20 años, estuvo en Petrer hace unos días. Es la quinta vez que viene a la localidad, pero la primera que lo hace fuera de las fechas del Festival Internacional de Guitarra José Tomás Villa de Petrer, en cuya competición ha dejado su impronta en sus cuatro visitas precedentes -participando, por ejemplo, en el concierto de jóvenes talentos en el 2010 en el Centro Cultural, o ganando el tercer premio juvenil en 2013-. En esta ocasión Tuur ha venido a visitar amigos y contactos profesionales, poniendo una vez más de relieve esos otros valores y beneficios, más allá de su indiscutible importancia musical y mediática, que el festival local aporta a la población. Tras casi dos décadas en activo, la Semana de la Guitarra de Petrer ha dejado también ese poso cultural, humano; el de una atmósfera de sensibilidad y acogimiento artístico que se extiende mucho tiempo después de que eche el telón el último concierto del festival. «Les prometí a mis amigos que si encontraba un vuelo barato en vacaciones venía, y aquí estoy».
Le preguntamos por sus primeros contactos con el festival en visita que nos hace a la redacción. «Me lo recomendó mi profesor en el conservatorio. Me habló de este festival y de lo útil que me sería», nos cuenta Tuur, con quien conversamos en inglés. «Es un gran festival por todo. Es muy positivo participar en la competición y mostrar tu nivel, y también lo es conocer a tantos otros guitarristas. Para los músicos es importante tener buenos contactos en todo el mundo, tal y como los compañeros que conoces aquí. Tienes las clases magistrales, los conciertos, las exposiciones … Es increíble sentir esta atmósfera».
Segers se arranca con la fuga de la tercera sonata de Bach (BWV 1005), compuesta originalmente para violín y que es la fuga más larga que el compositor alemán escribió. «Toco la guitarra clásica y me gustan todos los periodos. Siempre intento combinar, de hecho, ante el público y en competiciones, piezas barrocas o románticas con otras más contemporáneas. Creo que es importante mostrarle al público todo lo que tienes. Y este es mi futuro», sonríe, «seguir dando conciertos por todo el mundo, enseñando a otros estudiantes, como ya estoy haciendo, seguir recibiendo clases magistrales y seguir mejorando». Por eso se ha presentado, en cierta medida, tantas veces a la competición de la Semana de la Guitarra de Petrer, porque su primer premio es una gira de conciertos por varias capitales mundiales: «lo que más desea un músico es tocar ante una audiencia», confirma, «y es el mejor premio que puedes desear, pero ahora ya vuelvo por más cosas».