Desde hace algún tiempo (algunos meses en realidad), no he dejado de observar la agonía constante que vive el pequeño comercio.
En plena crisis, con los niveles de consumo por el suelo y unas expectativas futuras por parte de los consumidores no muy alagüeñas, éstos parece ser que se decantan por comprar en grandes superficies y centros comerciales; empresas con poder de negociación y riñón suficiente como para aguantar varios meses con los precios más competitivos y el surtido más variado. Y no culpemos a los consumidores de no comprar en el pequeño comercio ya que, dado el ritmo de vida que llevamos, parece lógico pensar que tengamos predilección (nosotros los consumidores) por acudir a aquellos lugares que nos van a hacer ahorrar cuanto menos, tiempo y de paso, dinero.
En mi opinión, el pequeño comercio debería tomar dos pastillas diarias de: 1. formación continua de sus trabajadores y 2. modernización tecnológica.
La formación constante, día a día, es de vital importancia. A través de ella vamos a aprender nuevas formas de venta, atención al cliente, gestión de cobros, escaparatismo, visual merchandising, ídentificación de tendencias, etc. Conocimientos y técnicas usadas por «los grandes» fruto de años de investigación social y psicológica que están al alcance de todos. Conocimientos que nos van a abrir la mente y nos van a permitir estar mejor preparados para satisfacer las necesidades de nuestros clientes de la manera que ellos esperan que lo haga una empresa del S.XXI. Estoy cansado de repetir a los pequeños empresarios (en los que se incluyen los comerciantes) con los que hablo a diario que es cierto que la formación no nos va a sacar de la crisis pero nos va a proporcionar unas herramientas y una visión del entorno que nos va a permitir encontrar vías, maneras, desarrollar ideas que hagan que el nivel de ventas se pueda acercar a los que teníamos aquellos años de bonanza.
La otra pastilla, es la pastilla de la modernización tecnológica. Hace años las grandes superficies cobran sus productos pasando el código de barras por un lector. Este gran invento permite conocer al final del día cuál es tu nivel de stock en almacen, te da a conocer los productos más vendidos, los menos vendidos, qué se vende más cierto día de la semana, en cierta época del año, etc. además de permitir reducir el tiempo de espera del cliente para cobrarle y por tanto permite atender a un mayor nº de clientes en menos tiempo. Esta tecnología debería empezar a estar presente en todos los comercios minoristas. Puede ser que alguien piense que esto es caro, y tiene razón, lo es, pero cuando hablamos de modernización tecnológica hablo también de tener una simple dirección de email, un ordenador conectado a internet con el que acceder a información sobre el mercado y estar en contacto con potenciales compradores.
Estas son, según mi opinión, las dos cosas con las que los comerciante deberían vivir día a día: con formación constante y continua, y estando como mínimo enterados de qué posibilidades tecnológicas disponemos para abaratar costes y permitir una gestión más eficiente de las ventas, stocks, clientes, etc.
Si el modelo de compra que se ha elegido o se ha teledirigido es el de las grandes superficies,como así es, difícil lo tenemos las pequeñas tiendas.
Todo lo que tu dices es correcto. Formación,trato personalizado, actualización tecnológica , etc,… Pero el chasco que te ibas a llevar si abrieses una tienda ahora con esas premisas iba a ser muy grande.
La quiere exige sobre todo PRECIO , comprar a cualquier hora y con las mismas condiciones de cambios de los artículos sin necesidad de alegar ningun motivo . Y esto viene inducido precisamnete por las grandes superficies. Y esto es una competencia desleal, porque nuestros almacenes no permiten los cambios de artículos, nuestros horarios no pueden ser esos y nuestros precios netos de compra son más caros.Aqui los pequeños pinchamos.
Por lo tanto si queréis tener comercio en vuestros pueblos, con sus escaparates que ayudan a iluminar y a dar vida propia a nuestras calles, sólo queda que, se valore ese trato personalizado, esa cercanía y sobre todo que cuando se compra en el pequeño comercio la gente se conciencie que está colaborando en la supervivencia de su propio pueblo, de sus gentes y de su entorno urbano.
Al final todo se traduce en un acto de generosidad inteligente, más alla de dejarnos engatusar por el reduccionismo de lo barato que es comprar allí.
¡La solución al problema está en vuestras manos !
Un saludo Josué.
Hola Rafa,
las premisas en mi opinión son esas dos (formación constante e innovación en cualquier sentido (productos, servicios, procesos…)) Estoy convencido de que si abrieras un negocio hoy en día bajo la premisa de la innovación constante, a diario, y reinventando día a día el negocio, el éxito está asegurado. Comentame bajo qué premisas crees tú que se debería abrir un comercio a día de hoy.
A veces -o mejor dicho casi siempre- el día a día no nos deja un momento para pensar y para preguntarnos qué más se podría hacer para mejorar. Te voy a contar algo que me sucedió ayer. En un curso que la Cámara de Comercio está realizando en Petrer y que lleva por título «prácticas exitosas para el éxito de mi comercio» el profesor nos propuso que dijéramos posibles innovaciones que uno de los asistentes, propietario de una frutería, podría llevar a cabo. En dos minutos escribimos más de 10 innovaciones posibles que se podrían hacer. A partir de ahí está la voluntad, las ganas y el empuje del propietario para llevar a cabo al menos una de ellas. Con esto quiero demostrarte que aquí no son habas contadas, la sociedad está en constante cambio (gracias a dios), y por tanto las oportunidades aparecen día a día.
Como digo en mi artículo existen herramientas que usan las grandes empresas al alcance de todos y el conocimiento de la existencia de esas herramientas lo vas a tener con formación.
Discrepo contigo en que la gente sólo busca precio. Entre productos iguales, exactamente iguales, lógicamente la gente se llevará el más barato, pero es ahí donde tenemos que añadir a ese producto o servicio, otros complementarios, innovadores, que hagan que la gente no les importe comprar ese producto en concreto a un precio mayor. La razón por la que la gente no siempre compra el producto más barato es porque cada persona valora las cosas de una forma diferente. Te pondré un ejemplo. Dos personas van a comprarse un Renaul Megane (por decir algo). La primera elige el modelo básico, la segunda se gasta 1000 euros adicionales en un gps, 600 en pintura metalizada, 400 en un equipo de música. Tenemos aquí un ejemplo en el que dos personas han comprado el mismo producto pero la segunda persona se ha gastado 2000 euros más que la primera por el hecho en que valoraba de manera diferente los diferentes complementos.
Y por no enrollarme más te expongo cuándo las personas estamos dispuestas a pagar por un mismo producto más dinero: 1. Cuando el producto es a la carta, personalizado. 2. Cuando le ofreces al cliente más calidad, más cantidad, más soporte durante y posterior a la venta, más experiencia. 3. Cuando el cliente no espera (ofreciéndole un servicio acelerado). 4. Cuando se le reduce la incertidumbre por ejemplo cuando se le garantiza la devolución del dinero o la sustitución del producto si éste sale defectuoso.
La solución esta por tanto en manos de cada empresario, o mejor dicho, en vuestras cabezas.
Saludos.
Josué Gadea.
Pude que tengas parte de razón Josué, será que estoy perdiendo la fe.
Gracias .
Rafa
De acuerdo contigo Josué. El pequeño comercio puede combatir a la gran superficie. Pero además de tácticas de venta en la tienda, necesita una estrategia para hacerlo…una estrategia individual y colectiva con el resto de comercios de por ejemplo el casco antiguo de un pueblo o ciudad. Un ejemplo cercano….si necesito un traje de boda en Alicante…donde voy a comprarlo?…cuantas tiendas de traje de novia hay en el centro de Alicante?…
Puden los comercios de una zona desarrollar una estrategia colectiva?, Pueden ofrecer una mayor especialización al cliente?, pueden ofrecer una experiencia atractiva dinamizando las calles y oferta de la zona?. En mi opinión los ayuntamientos deberían trabajar conjuntamente con las zonas de comercios para dinamizar y hacer atractiva una experiencia de compra, ocio, cultura, gastronomía…una experiencia diferente a la gran superficie marcada por su funcionalidad. Precios, tiempos, aparcamiento, variedad (no profundidad).
Rafael, un saludo y ánimo !!
Saludos
Javier González Marketinez
Otra cosa de la que adolece el pequeño comercio es de falta de profesionalidad, su gestión se basa en el favoritismo, he encargado un libro de texto en una librería hace 15 días, me pidieron dinero a cuenta y ya no quiero esperarles más porque necesito el libro, que por supuesto ya está disponible en otras librerias del barrio pues no quierian devolverme el dinero ni darme el libro de reclamaciones, después de gritarme y decirme lindezas tales como que soy un cáncer porque no les compro casi nada ponen el dinero encima (2 euros, si habeis leido bién dos) y como lo cogo y me voy sale gritando que le estoy robando por la puerta… digo yo que cuando menos no son muy profesionales, si no les he comprado antes ya si que no lo voy a hacer, pero esto suele ser una constante, si le caes bien al de la tienda te atiende bien si no te entretiene y te da un mal servicio: moraleja volveré a ir a san franquicia bendita en la que te atienden honorablemente como una persona independientemente del dinero que te gastes.