Los reptiles atacan
por envidia
con su lengua
sibilina
a la mariposa
que vuela
LIBRE
por encima
de sus cabezas.
Esas serpientes
no se dan cuenta
que la sonrisa
ETERNA
que les muestra
es la PAZ
interior
de aquella
que sólo
se debe a sí misma.
Que no da
explicaciones
a quien no las merece.

No sabréis jamas,
serpientes
que la GOLONDRINA
y la MARIPOSA
son diferentes
a vosotras
porque en sus ALAS
habrá SIEMPRE
un CIELO
desconocido
para el resto,
y que ambas
retaron al infinito
a base de PASIÓN
RESPETO,
AMOR,
SINCERIDAD
y DESEO.

Claro,
vosotras
qué sabréis
de las alturas
si lo que os hace cobardes
es estar postradas
al suelo
desde donde
NUNCA
yacen
los SUEÑOS.

No queráis entrometeros,
ni dar consejos
sobre aquello
que os da miedo
por desconocimiento.

La GOLONDRINA
voló sobre los TEMPLOS
donde Dioses
quedaron
al descubierto.
Y la MARIPOSA;
fugacidad
y viveza,
espíritu
y humanidad,
descubrió
cómo abrigan
las plumas
de la POETA.

Vuestros colmillos
son la TUMBA
de los MUERTOS
donde la princesa
jamás viajará
por SER
la MUJER
más
misericordiosa,
pero la negra ave
os esperará
en el infierno
para hacer justicia
y cortará
las bocas
que osaron
molestarla.

Cómo vais a entender
la complicidad,
el SECRETO,
el PACTO,
el SEXO,
si vosotros
sois los «otros»;
esos que no saben
que de un POEMA
nació algo más
que una amistad;
un AMOR
incondicional
entre una Diosa
y un mortal.
Que a través
de unos
VERSOS
una MUJER
resucitó a un MUERTO
de la noche al día
y que como Cobain
su piel olía a «alegría»
y que ese
muerto
trató como ningún
otro HOMBRE
VIVO
a la CHICA
que simboliza
la VIDA ENTERA.

No, serpientes,
cotorras y víboras,
JAMÁS
sabréis que los dos
hicieron de lo imposible
una VICTORIA
incontestable
y que será
el NOSOTROS
lo que SIEMPRE
sobrevivirá
de ELLOS.