Las elecciones europeas se vislumbran ya cercanas en el horizonte, a finales de mayo, y en ese marco, la joven diputada por EUPV en Les Corts y candidata al Parlamento Europeo, Marina Albiol (Castellón, 1982) se acercó a Petrer para explicar a la ciudadanía, en una charla abierta a todos los vecinos, la visión europea del partido, con especial hincapié en el papel de la mujer.
Antes, y en el mismo Forn Cultural que acogió sus palabras, nos atendió en una amplia entrevista que aquí tienen en vídeo y por escrito. No sólo la actualidad europea y los temas de fondo, de carga ideológica y social, verán que Albiol -por cierto, cuarto lugar en la lista europea, con grandes posibilidades de entrar, pues- tiene respuestas contundentes también para las polémicas internas -en España y en su partido-. No se la pierdan.
¿Cuál es el cambio más urgente a acometer en Europa? ¿Cómo empieza uno a cambiarla?
Entendemos que la Unión Europea y todas sus estructuras -su sistema financiero, el Banco Central Europeo, sus fronteras, sus tratados, etc.- fueron diseñadas por el sistema capitalista, por los mercados y para los mercados , con lo cual son estructuras que legislan y hacen políticas en favor de unos pocos, para mantener los privilegios y los beneficios económicos de los ricos. Todas esas medidas lo que hacen es asfixiar y explotar a los trabajadores; de hecho esas políticas de la UE luego se trasladan al estado español en forma de reformas laborales, reforma de las pensiones, subidas de impuestos, bajadas de salarios. Hay que romper con esa Unión Europea de los mercaderes y plantear otro tipo de Europa.
Suena a reformulación total. ¿Bajo qué pilares?
El capitalismo no se puede reformar, no queremos un capitalismo de rostro humano o más amable, porque eso no es posible. Nuestra apuesta es clara y es por una Europa socialista.
Nuestras propuestas van para todo el marco europeo: queremos un salario mínimo para toda Europa, al igual que queremos una renta básica, educación, sanidad, bienestar social y una vivienda digna para toda Europa. Y lo primero que se necesitan son recursos económicos, porque sin recursos esas políticas no se pueden llevar a cabo.
Tres propuestas claves que lanzamos desde Izquierda Unida en ese sentido. Primero, una reforma fiscal a escala europea, para que los que más tienen y más ganan paguen más y contribuyan más con las arcas públicas, con una imposición fuerte a las grandes fortunas.
En segundo lugar, nacionalización de los sectores estratégicos de la economía (el sistema financiero, la energía, el agua, los transportes, etc.), que deben estar bajo control público y social para tener recursos para luego poder hacer esas políticas sociales.
Y en tercer lugar, y en estos momentos quizá lo más importante, es decir que la deuda no se paga. La deuda no se paga, la deuda es impagable, porque una deuda que asciende a más del 90% del PIB no se puede pagar y esto es lo que nos está lastrando, lo que imposibilita las políticas de bienestar social para todos. Por ello seguimos exigiendo una moratoria de la deuda, una auditoría y una quita.
Parece evidente la relación directa que las políticas europea tienen en nuestras vidas. En este sentido, ¿sigue preocupando la abstención o no tanto en el partido?
Nos preocupa la abstención, evidentemente, porque históricamente las elecciones europeas siempre han tenido una alta tasa de abstención. Pero también tenemos claro que cada vez la ciudadanía es más consciente de cómo le afectan las políticas que vienen de Europa, en nuestro día a día. Nos afectan en nuestro trabajo, en nuestra vida; son políticas que generan pobreza, de ahí vienen parte de los desahucios, y explica también parte del desempleo que tenemos. La gente es cada vez más consciente y esperemos que frente a esta situación no den la espalda a Europa y que lo que hagan sea movilizarse, implicarse y participar de estas elecciones europeas.
Como joven que eres, no sé si convendrás en que nunca antes otra generación española había mirado tanto hacia Europa, en muchas ocasiones para acabar marchándose. ¿Cuánto de buena gana, por decirlo así, hay en esta decisión?
No es que los jóvenes se vayan de aventuras, en experiencias iniciáticas. No están recorriendo el interraíl por Europa.
Se les está expulsando. “No nos vamos, nos echan”, como ellos dicen. Ahora en España es imposible que un joven tenga una perspectiva de futuro, de una vivienda digna, con trabajo, emancipado, con vivienda.
Hay miles de jóvenes en el exilio, buscándose la vida, y eso es culpa del régimen que tenemos aquí. El régimen español, el bipartidismo, que tenemos aquí desde la Falsa Transición. Un régimen que permite darle miles de millones de euros a los bancos pero que es incapaz de poner un euro para genera políticas de empleo juvenil.
Confíamos plenamente en los jóvenes y su rebelión contra este régimen y la Troika, porque no nos olvidemos que el régimen español está actuando de mano de la Troika.
-Realmente, ¿hasta dónde se puede llegar con las movilizaciones? ¿Se pueden ganar batallas a largo plazo, y no sólo episodios puntuales?
Lo tenemos muy claro: no se va a ganar nada en las instituciones que no se haya ganado antes en la calle. Para nosotros, la institución es sólo una parte de nuestra lucha.
La clave está en la movilización. El sábado 22 de marzo se demostró en Madrid que la izquierda política y social es capaz de sumar y aglutinar luchas, saliendo organizados todos a la calle para intentar tumbar estas políticas que nos vienen desde la Troika. La clave es la lucha en la calle, las plataformas, las mareas, las movilizaciones. Esas son nuestras alianzas y con ellos vamos a hacer política en Europa.
Has dicho: “nunca pactaré con el PP” u “ojo, que el Bloc ha pactado con el PP en muchos municipios de la Comunidad”. Aquí, en Petrer, hace unos años Partido Popular e Izquierda Unida pactaron para gobernar, arrebatándoselo al PSOE. ¿Fue un error, desde tu punto de vista?
No voy a entrar en cuestiones concretas que afectan a colectivos concretos. No milito en Izquierda Unida de Petrer, yo soy de Castellón.
Tenemos claro que tenemos una derecha en Europa que representan tanto el Partido Socialista como el Partido Popular, que son lo mismo en Europa. Tienen exactamente la misma visión, como demuestra que voten lo mismo en más del 80% de las votaciones. El Partido Socialista ha apoyado las directivas, tratados y el papel del Banco Central Europeo que luego aquí se han convertido en políticas de recortes y privatizaciones de los servicios públicos.
Nuestra lucha es contra el bipartidismo en España y Europa. El Partido Socialista también representa a esa derecha europea, también ha apoyado a Durao Barroso como presidente de la Comisión Europea. No hay diferencia entre estos dos partidos.
-Izquierda Unida se resiste a unas primarias totalmente abiertas. ¿Por qué? ¿No es contradictorio con muchos de los principios del partido?
Es un debate que está instalado en la izquierda. En Izquierda Unida hemos hecho un proceso participativo en dentro de nuestras bases, de hecho se han pronunciado las asambleas y colectivos de base de todo el País Valenciano para elegir a nuestros candidatos. Son ellos los que han hecho las propuestas para que luego se eligieran.
El tema de las primarias abiertas, ahora en debate, tiene sus pros y tiene sus contras. La ventaja es que es más participativo, abierto a más ciudadanía, a personas no afiliadas al partido. Por otra parte, tiene sus desventajas.
Un partido, que es un partido ideológico, con un programa claro, pues yo también me cuestiono: ¿Los afiliados del Partido Popular tiene que elegir a los candidatos de Izquierda Unida? Es más importante en todo caso, aun siéndolo la participación para la elección de los candidatos, es el asunto programático, las políticas que se van a defender en el Parlamento Europeo.
En este sentido, en Izquierda Unida hemos hecho el programa más participativo y más abierto, fomentándolo con una herramienta en nuestra web. Ha sido un programa abierto y que se ha elaborado con la gente del partido pero también con gente de movimientos y organizaciones sociales. Esto es lo más importante, más que las personas que lo defiendan, el propio programa.