La historia de hoy resume un sueño perseguido desde niño de quien os cuenta esta gran aventura. A lo largo de la historia ha habido animales que nos imponen una serie de valores como el respeto y la admiración y, sin duda, uno de ellos es el águila real, «la reina de los cielos», quien manda e impone su fuerza a lo largo de todo el territorio.
Qué decir de este animal que no se haya dicho ya. Cuando tienes a escasos 15 metros de tus ojos esta espectacular ave se te congela la sangre;imponente con su desgarrador pico, esas garras tan potentes, su robusto y aerodinámico cuerpo la convierten en el temor de nuestras tierras hacia el resto de animales que habitan en ella.
Este sueño cumplido de retratar al águila real comienza con la suerte de conocer a Juanjo, amigo y gran persona, y guía de una empresa de alquiler de hides en Murcia-Sierra Espuña. Con un gran trabajo de largos años, ha conseguido obtener una serie de hides donde poder fotografiar una gran variedad de especies en estado salvaje, entre ellas una pareja de reales que por supuesto tiene su hide para poder observarlas y fotografiarlas con gran nitidez. Allí fui a parar con el fin de dar luz a mi reto.
Quedé con Juanjo el domingo 9 de marzo. Nos encontramos en Guadalupe, a las cuatro y media de la mañana, pues había una hora de camino hasta llegar al escondite y había que apresurarse antes de que amaneciera. Por norma hay que entrar y salir de noche al estar en juego la seguridad de estas aves, muy recelosas ante la presencia de cualquier ser humano.
Llegamos al hide sobre las seis de la mañana, todavía sin luz natural nos escondimos allí y esperamos el amanecer y la suerte de que el ave quiera aparecer. Sobre las siete y media aparecieron por sorpresa un par de buitres leonados que, según me comentó Juanjo, no era muy común verlos allí, en aquel barranco. Tomé unas cuantas fotos y realicé un vídeo para captar el momento y la presencia de estas aves de gran tamaño y peculiar cuello recubierto de pluma muy corta debido a su alimentación, ya que suelen introducir su cabeza y cuello en el interior de las vísceras de la carroña para evitar ensuciarse y mantener su higiene. Estuvieron poco tiempo en la zona, ya que el águila real, aún siendo inferior de tamaño no dudaría en darles un buen susto y echarlos de sus dominios.
La mañana transcurría y la espera del águila real se eternizaba. Después de siete horas, allí apareció, surgiendo de la nada. Apenas la tenía a escasos quince metros, con una increíble luz. Un sinfín de sensaciones recorrieron mi cuerpo y mi mente después de esperar este momento durante tantos y tantos años. Tenía delante de mí a un ejemplar de águila real en libertad.
Esas trece horas de aguardo merecieron la pena. Gracias a mi buen amigo Juanjo por todo. Si alguien está interesado en ponerse en contacto con la empresa, su nombre es Photo-logistics.com. Superarán vuestras expectativas.
Sobran más palabras. Disfrutad con estas imágenes de «la reina».
Enhorabuena Nestor!!! Impresionante reportaje, muchas gracias por este regalo de la naturaleza que nos has proporcionado y solamente decirte, que continúes asi, UN ABRAZO!!!
Muchas gracias Nestor, por ofrecernos tu trabajo. Tu duro trabajo diria yó.
Leyendo, tu articulo y conociendo tu tenacidad y profesionalidad, es cuando se puede entender la dificultad que ha supuesto fotografiar (con calidad)a nuestra querida águila real.
Disfrutemos pausadamente de las imágenes, porque vale la pena.
Y el buitre, también, una auténtica pasada, con el fondo difuso del barranco.
Muchisimas gracias a mi gran amigo luis.v y a CHEMA por los comentarios,solo puedo decir que aun no me lo creo,seguire disfrutando hasta mis restos….un abrazo para vosotros..
Hasta no hace muchos años, en nuestro término podíamos disfrutar de imágenes como ésta, concretamente la cima del monte Chocolate en las inmediaciones de Caprala, servía de atalaya a un hermoso ejemplar de águila real, recuerdo en más de una ocasión aproximarnos a su cumbre y contemplar el impresionante inicio del vuelo de esta majestuosa ave. Desgraciadamente, fué abatida y su denuncia costó bastantes quebraderos de cabeza a nuestro amigo Héctor Navarro, y si la memoria no me falla, posteriormente se encontró otra águila real muerta, entre el Cid y los Chaparrales, con perdigones de escopeta alojados en su cuerpo.
¡Enhorabuena!, Néstor. Lo conseguiste, preciosas imágenes y de gran calidad.
Sigue con tus sueños se harán realidad.
Impresionante reportaje fotográfico, tanto la imponente y preciosa reina, como el buitre. Enhorabuena y gracias por permitirnos disfrutar de estas bellas y raras imágenes de nuestra fauna salvaje. Un saludo.