Estamos sorprendidos ante la noticia de la convocatoria de la XXIX edición del premio de cuentos Ciudad de Elda, el pasado miércoles 27 de noviembre, y lo estamos por varias razones. En primer lugar, nos parece curioso que después de 29 años, este certamen literario cambie su denominación, aunque sea levemente, como si se intentase presentar como algo nuevo lo que ya estaba inventado hace muchísimos años. También nos sorprende el encabezamiento previo a las bases, en el que se destaca que el premio va dirigido a la promoción de buenos narradores en lengua castellana. Es evidente que la promoción de malos narradores, incluso de mediocres narradores, no tendría muy buena prensa. Pero si hay algo que de verdad nos ha resultado chocante, es ver la fecha de recepción de originales reflejada en las bases hasta el 10 de diciembre, apenas 13 días después de la convocatoria oficial del certamen, así como la fecha del fallo del jurado, contemplada en las bases para el 16 de diciembre, seis días más tarde de acabado el plazo.
Como componentes de la Asociación de escritores Gramática Parda, en la que bastantes de sus socios tienen obra publicada, además de ser participantes en distintos certámenes literarios nacionales e internacionales, no salimos de nuestro asombro al fijarnos en los plazos descritos anteriormente, pues de ellos se deduce que es muy escaso el tiempo para poder presentar originales al concurso, algo que nos lleva a pensar que, o bien se pretende limitar la participación (cosa que no creemos posible, por la afrenta que supondría a gran número de participantes), o bien crear un pantalla de cara al público con la que salvar la responsabilidad por no haber convocado en las fechas habituales y poder decir que oficialmente, el premio se ha convocado. En cualquier caso, se debería haber añadido que, además de la promoción de buenos narradores, el premio pretende promocionar también a los narradores más rápidos de la galaxia. También nos preguntamos ¿qué ocurrirá con los trabajos recibidos varios días después de cerrado el plazo pero con fecha de correos dentro del mismo? Además, en seis días, y según las bases, habrá un comité de lectura previo que seleccionará a los finalistas y un jurado posterior que elegirá el mejor cuento entre estos: ¿realmente todo ello es posible en tan corto espacio de tiempo? Conclusión: no solo se precisa buenos narradores rápidos como rayos, sino jurados más rápidos todavía.
Por eso, reclamamos que el organismo encargado del concurso considere ampliar el plazo de recepción de trabajos o bien no suscriba el encabezamiento en favor de fomentar a los buenos narradores, ya que las prisas, en literatura, no siempre son sinónimo de trabajos bien hechos, sí siempre de trabajos hechos a toda velocidad. ¿O es que acaso el convocante cree factible escribir un buen relato en apenas dos semanas? A lo mejor, el convocante sí es capaz de hacerlo, también algún que otro narrador sea bueno, regular o malo, pero no la inmensa mayoría de escritores que podrían presentarse al concurso y enriquecerlo en cantidad de cuentos presentados y en calidad estética de los mismos.
Por Asociación de escritores Gramática Parda
Muy acertada la crítica de Gramática Parda. Acertadísima, a nadie se le escapa que resulta imposible seleccionar un cuento en seis días (porque entiendo que habrá que leerse todos los presentados, o ¿es que ya está seleccionado el ganador del concurso?).
Amen a lo comentado, el certamen ha sido un cachondeo, yo he participado porque ya tenía un cuento escrito de antes, solo era remozarlo un poco, pero que vamos, siendo del pueblo, y llendo con frecuencia a la biblioteca casi me entero.
Otra crítica es la faltade transparencia con respecto al premio, una vez otorgado se debe publicar en la web del Ayto, igual que publicas las bases, publica la noticia del ganador con algún enlace a la obra, para que la gente la pueda leer y comparar, pero que vamos, un cachondeo.