Las marionetas o títeres, ya mencionadas por Aristóteles y muy extendidas en el mundo romano en su concepción actual, de entretenimiento, tienen una competencia cada vez más feroz para captar la atención del público, generalmente infantil, entre la proliferación de películas, series, videojuegos y parques temáticos que vivimos. Pero sus posibilidades artísticas y expresivas y su inmediatez y contacto teatral con el espectador siguen actuando poderosamente sobre quien les da una oportunidad. De ello pueden dar fe los integrantes del grupo local de marionetas Puppenkiste, que sólo tienen que observar el rostro de los niños al acabar una función, revolucionados en sus asientos y con una sonrisa de oreja a oreja, o la sonrisa pícara de una madre o un padre que capta el guiño de los creadores para con ellos.
En Puppenkiste tienen claro que todos caben en el mundo de fantasía que tejen los hilos. Ellos mismos son ejemplo de tolerancia e integración, ya que entre sus filas se encuentra Antoñín, vecino de la localidad; la albaceteña Carmen; Genio Spassov-Marquardt (diminutivo de Eugenio), originario de Bulgaria y Bianca Marquardt-Spassov, nacida en Alemania.
Puppenkiste se gestó en el verano de 2005, tras la llegada a Petrer del matrimonio formado por Genio y Bianca, quienes comenzaron a confeccionar marionetas junto a sus hijos, con la ayuda de Alicia Salas, que ya había trabajado en el Teatro de Marionetas La Estrella de Valencia. “Contactaron conmigo en octubre”, explica Carmen, “y empezamos a ensayar en una casa llena de goteras, contando con la única figura del rey, por lo que no teníamos muy claro el futuro de lo que, para nosotros, empezaba a ser una compañía”.
A los pocos días, la Concejalía de Cultura les comunicó que podían participar en el Primer Festival de Marionetas que se iba a realizar en Petrer, el Marionetari. En ese punto comenzó un trabajo arduo que les mantuvo desde octubre a diciembre preparando su primera obra, llamada “Piel de asno” (versión del cuento clásico de Charles Perrault) y, a partir de ese primer éxito, Puppenkiste ha participando en el citado certamen todos los años.
En esta época primigenia, las experiencias previas de los integrantes del grupo fueron fundamentales para lograr una perfecta simbiosis entre ellos. Tras trabajar muchos años en una escuela infantil, Carmen había sido la encargada del teatro de actores y de marionetas de guante. “Sin embargo, la marioneta de hilo no la había trabajado nunca”, reconoce. Por su parte, Genio había estudiado Bellas Artes y en su recorrido universitario había realizado esculturas, trabajado la madera y realizado labores de carpintería. Una preparación perfecta para la creación de las marionetas, que son todas móviles y están hechas de diferentes materiales, como gomaespuma, madera y papel maché, utilizado éste último para los rostros.
“A pesar de todo”, comenta Genio, “es cierto que me costaba mucho al principio, porque apenas hablaba castellano y, de repente, tenía que interpretar al rey o a cualquier otro personaje. He aprendido el idioma gracias a las “chuletas” que me preparaban los compañeros, pero a la hora de improvisar me resultaba muy complicado hacerlo en otra lengua que no fuese la mía”.
La barrera idiomática no fue, sin embargo, un obstáculo para el progreso de este pertinaz grupo, que en la actualidad cuenta en su haber con 25 muñecos; un elevado número para la reducida plantilla, ya que muchos personajes están realizados a dos tamaños, uno en hilo y otro, más pequeño, para guante, como explica Genio. “Algunos personajes, según el montaje, tienen una réplica para representar la sensación de lejanía, por ejemplo, cuando suben a la torre. De igual manera, tenemos decorados para cada actuación, desde un castillo hasta un libro gigante mágico”.
En este repertorio de títeres se encuentran personajes de inspiración clásica, como el rey, la princesa y el príncipe, que intervienen en diferentes obras; el hada y el simpático Lulú el cerdito; Liza Minelli y Marlene Dietrich para un espectáculo de cabaret; Laxmi, bailarina del vientre; el gaitero búlgaro, una moza alemana folklórica e incluso un dragón gigante articulado en la boca, patas y cola, que es movido por dos manipuladores. “Además, tenemos otras creaciones propias, como la figura del Jugador de Petrer, que forma parte de la adaptación que estamos preparando ahora de la obra de Enric Valor. Pensamos estrenarla en el festival Marionetari de Petrer, donde hemos estrenado todas nuestras obras”, afirma Carmen.
Yo creo que a los niños les encantan las marionetas, y para adultos han tenido un gran desarrollo en las últimas décadas como sátira y crítica social (como los inolvidables guiñoles de Canal Plus). Que tengáis suerte y hagáis disfrutar a todo el mundo.
Gracias Lirios por tus buenos deseos, desde nuestra compañía de tirititeros creemos firmemente en el teatro de muñecos, en su valor pedagógico y también como terapia. Lástima que este arte que engloba a otros, no forme parte activa y cotidiana de la enseñanza en las escuelas e institutos- porque mantiene y despierta la imaginación, la creatividad y la participación- y se considere como un recurso más, para trabajar lengua, literatura o plástica. Pero a pesar de todo, desde nuestra compañia estamos contentos, disfrutamos con nuestro trabajo, de la alegria de los niño/as y también de los adultos.
Os vi con mis nenes hará un par de semanas en Petrer y se lo pasaron en grande (a mi también me divirtió mucho, je). Haceis un gran trabajo. Un saludo!
Pasamos un rato estupendo con vuestro espectáculo.
Suerte!!!