Como cada primavera, los muflones nos regalan otra esperada visita a nuestros valles. En efecto, al llegar estas fechas, empiezan a bajar de las zonas más altas de las montañas y tierras de Petrer, para aprovechar y alimentarse de siembras y brotes nuevos de los almendros.
Es por tanto la época en que se pueden observar los muflones con mayor facilidad: las horas idóneas son al amanecer y al atardecer, el resto del día permanecen ocultos en la espesura del bosque.
Como ya hemos comentado en alguna ocasión en esta sección, el muflón fue introducido en la península ibérica desde Córcega y Sicilia. La especie se ha ido adaptando paulatinamente mejor y con más éxito conforme crecían nuestros bosques y se iban formando extensos y profundos pinares, donde ellos se sienten más a gusto al permanecer ocultos en ellos.
Las fotografías son de esta primavera, de hace unos días.