El colectivo Biciaventura Solidaria celebró ayer en Petrer la quinta etapa (de 20) del Proyecto España, que les está llevando este año a recorrer toda la península -harán un total de 2.500 kilómetros- recogiendo alimentos no perecederos que después entregarán al Banco de Alimentos de Cruz Roja. Biciaventura Solidaria cumple en este 2013 una década de existencia, en el que los miembros del colectivo han estado en 40 países en vías de desarrollo, ayudando de todas las maneras posibles, ya sea con aporte de alimentos y medicinas, o contribuyendo a levantar hospitales y escuelas. Este año tenían previsto viajar a Filipinas para construir un hogar escuela para huérfanos, «pero con la que está cayendo aquí», explican, el proyecto se realiza por primera vez en nuestro país.
La caravana ciclista partió el 9 de marzo de Sevilla y finalizarán su periplo en Toledo el 30 de marzo. Ayer, los protagonistas llegaron a la población sobre las seis de la tarde, y a las ocho acudieron al Centro Cultural a explicar el proyecto. El recinto estaba lleno cuando el vecino Luis Chico de Guzmán, implicado personalmente en esta edición con la iniciativa y pedaleando también por toda España («qué cansado estoy, reconocía, «no sé cómo llegaré al final»), comenzó a desgranar sus impresiones: «el proyecto es mucho más grande de lo que pensamos, es asombros comprobar todo lo que se está logrando a través de personas que no se dedican a esto y con los pocos recursos que tienen». Chico de Guzmán, que también ha ofrecido soporte a través de su empresa Hispanitas, explicó que el reto diario autoimpuesto en la iniciativa de vivir con 20 euros, que al cabo de 20 días suman los 400 euros de ayuda que tienen los desempleados que han agotado el paro, y de cómo el colectivo no acepta dinero en donaciones: «sólo aceptamos comida, dinero ni pedimos ni damos». En Petrer, el proyecto ha recogido más de 2.000 kilogramos de alimentos.
Antonio Henares, artífice del colectivo, siguió ahondando en: «somos gente que tenemos nuestro trabajo diario y que nos gusta colaborar de manera altruista con los demás en nuestras vacaciones». Y contó una vivencia terrible que le abrió los ojos a una nueva visión de la vida: «en la India, nosotros estamos manteniendo un hospital de mujeres quemadas, que es algo que aquí parece imposible: el marido no quiere a la mujer, coge y la quema y ya está, tan normal. Pues bien, lo intentamos mantener a base de betadine y gasas. Recordaré siempre a un cirujano francés, ya fallecido, cuando nos llevó a ver este hospital de quemados, en la que había una chica de 19 años quemada que estábamos cuidándola; al salir entramos a la morgue y vimos una sala de tierra, harapos en las orillas y una pila de cadáveres amontonados. Uno de esos cadáveres era la chica que habíamos estado curando hacía dos horas. Eso hace que te replantees la vida: qué suerte tenemos nosotros de tener todo lo que tenemos. Todos los que estamos aquí desde entonces necesitamos mucho menos para vivir y tratamos de aportarle algo a los demás, y así hemos ido recorriendo todos los países».
Tras él, uno de los más veteranos del colectivo, llamado Jorge, animó a los presentes, especialmente a la juventud, a adoptar la bicicleta como medio de transporte y a mantener vivos los sueños y las utopías. El alcalde, Pascual Díaz, cerró el acto devolviendo el agradecimiento que había manifestado antes a la corporación y a la ciudad el colectivo, a los que calificó como «héroes».