La desavenencia entre el colectivo Mosaico y la Fundación Ficia está ya en manos de la Justicia. Los representantes de ambos organismos, que no han conseguido llegar a un acuerdo sin pasar por los juzgados tras meses de conflicto por el local que alberga el Museo Etnológico de Elda, han acudido esta mañana al Palacio de Justicia de la localidad para asistir al juicio por la demanda de desahucio interpuesta por la fundación al colectivo cultural.
La sentencia, que estará lista en unas semanas, determinará si finalmente Mosaico debe abandonar los bajos del Museo de Calzado y trasladarse con todo el patrimonio que custodia a otro espacio o por el contrario puede seguir realizando su labor en estas instalaciones que acogen, desde hace más de una década, el patrimonio cultural eldense. De momento, el presidente de la asociación, Tomás Palau, se ha mostrado satisfecho con el desarrollo de este juicio en el que el único que ha testificado ha sido el edil de Cultura del Ayuntamiento de Elda, José Francisco Mateos, que lo ha hecho, además, en calidad de testigo de la fundación.
Demanda de desahucio por precario
El asunto se remonta meses atrás, cuando la Fundación Ficia reclama, en calidad de propietario legal y tras revestirse su titularidad en junio, el local donde está instalado el Museo Etnológico, del que constaba como titular el consistorio eldense hasta que se modificó en junio quedando en manos de la fundación. Recobrado de nuevo el espacio por parte de Ficia, el organismo planea reconvertir la actual sala de exposición en un outlet que aglutine distintas marcas de calzado, por lo que solicita a Mosaico que cambie su ubicación para poder dar luz verde a este proyecto.
Sin embargo, los miembros de la asociación cultural no están dispuestos a dejar las instalaciones sin que el consistorio, con el que en 2001 firmó un convenio de cesión de los bajos del edificio hasta 2013, les garantice un nuevo espacio que cumpla con las condiciones adecuadas para albergar una colección museística de esas características. Se abre entonces un nuevo capítulo en esta historia, ya que las alternativas que ofrece el Ayuntamiento de Elda a la asociación no son del agrado de los integrantes de Mosaico.
Entre tanto, y como el colectivo no abandona el local, la fundación le interpone una demanda de desahucio por precario, con lo que intenta demostrar que le ha sido cedido ese espacio con carácter gratuito y por un periodo de tiempo concreto. Una teoría que la asociación desmiente ya que, según afirma, en el convenio firmado con el consistorio se establecía una cesión de la sala a cambio de contraprestaciones «no monetarias, pero sí en especie, como la obligación de realizar actividades, incluir al ayuntamiento en la publicidad de las mismas, la apertura ciertas horas a la semana…Por lo que no es una cesión gratuita», señala Mosaico.
Un edificio abandonado y un espacio compartido como alternativas al actual local
500 metros cuadrados de sala de exposición y 200 de almacén constituyen las dimensiones del local de la discordia, que durante once años ha cobijado la extensa colección custodiada por Mosaico, en la que se pueden apreciar desde objetos personales del desaparecido artista eldense Pedrito Rico hasta interesantes piezas históricas de la localidad que sus vecinos han ido cediendo a la asociación privada a lo largo de sus 20 años de vida. Como colectivo que defiende el patrimonio histórico de Elda, Mosaico considera necesario que el consistorio le ofrezca un espacio alternativo al actual que reúna unas condiciones «dignas».
Por el momento, la oferta del Ayuntamiento ha sido una fábrica en ruinas con la promesa de una reforma o un espacio en la antigua Casa de la Cultura. Unas propuestas que los miembros de Mosaico han conocido a través de los medios, pues entre ambas partes la comunicación es casi inexistente (no han recibido nada por escrito), y que según consideran no eran más que alternativas ‘maquilladas’. «En el caso de la fábrica abandonada, la jugada era clara: sacarnos del local y meternos en este edificio en ruinas anunciando una restauración que nunca llegaría, porque sabemos que hoy por hoy, un proyecto así es inviable», indica el presidente de la asociación, Tomás Palau. «En cuanto a la Casa de la Cultura, lo primero es que tendríamos que compartir espacio con el Museo Arqueológico, lo que suponía que nuestro museo estaría dividido en dos plantas, la baja y la tercera, y una colección que ocupa 700 metros cuadrados, se quedaría en sólo 200. Además, nos propusieron un convenio, que no nos llegó de forma directa sino por terceras partes, que venía a decir que nos cedían el espacio por un plazo máximo de cuatro años a renovar pero con clausuras que indicaban que en cualquier momento el ayuntamiento podría disponer del local si lo necesitaba para un uso de mayor interés social. Pero, ¿qué mayor interés social que un museo? Y ¿cómo íbamos a firmar algo que dentro de un mes nos podía dejar fuera», se pregunta el presidente de Mosaico.
El colectivo deja claro que su objetivo no es quedarse en el actual espacio que reclama la Fundación Ficia, propietaria legal del espacio, sino que el consistorio les garantice un local adecuado asumiendo así su responsabilidad «por incumplir el convenio que estaba firmado hasta el año que viene». «Si nos tenemos que ir que sea a un local que cumpla unos requisitos, con suficiente amplitud para albergar la exposición y con un almacén y con unas condiciones mínimas. Le hemos propuesto alternativas al ayuntamiento,como la parte superior del Mercado Central, que se encuentra cerrada, o una parte de una planta del Museo de Calzado. Pero ni siquiera responden, no nos hemos reunido desde que soy presidente», señala Palau, que lleva en el cargo tres meses.
Por su parte, Francisco Mateos, edil de Cultura, considera que todo este asunto se resume en una «falta de actitud». «Es cuestión de querer solucionarlo y no de poner trabas ni obstruir la labor, sino de conformarse con lo que hay. Nosotros hemos ofrecido echar una mano hasta donde nos permitan las circunstancias». En relación a las ofertas alternativas del consistorio y el posterior rechazo de Mosaico, el popular ha indicado que en el caso de la fábrica ofrecida se haría una remodelación hasta que se quedara en condiciones. «Hay casas que estaban en ruinas y que acaban siendo unos hoteles con encanto», ha puesto como ejemplo el concejal. Mateos también ha defendido la oferta de ocupar dos plantas de la Casa de la Cultura argumentando que podrían rotar las colecciones (en alusión a la falta de espacio indicada por Mosaico), y que incluso esto supondría hacer «un museo más dinámico». «No tienen por qué exponer todos los objetos, se podrían exhibir de forma rotativa», ha matizado. Tampoco hay acuerdo en la propuesta del colectivo de ocupar la segunda planta del Mercado Central, ya que desde el consistorio consideran que es «inviable económicamente».
Visto para sentencia
Con la celebración en el día de hoy del juicio oral, Mosaico ha querido demostrar su legitimidad en la ocupación del local ante la demanda de desahucio presentada por la Fundación Ficia. «Estamos donde estamos porque hay un convenio que está en vigor y no se ha cumplido», ha indicado Tomás Palau, quien se ha mostrado satisfecho con el desarrollo del juicio aunque sorprendido con la participación del concejal de Cultura y Patrimonio como testigo de la parte demandante. Mateos ha sido el único en testificar, ya que ninguna de las partes implicadas ha sido llamada por el juez para declarar.
Una vez celebrado el juicio, sólo queda esperar a la sentencia final, que se hará publica en unas semanas. Entonces conoceremos qué futuro le espera al Museo Etnológico: si se desestima la demanda, Mosaico seguirá desempeñando su labor en el mismo espacio, si por el contrario pierde el juicio, seremos testigos de nuevos capítulos entre el colectivo y el consistorio eldense en la búsqueda de un nuevo espacio, y entonces, la historia no habrá hecho más que comenzar.
Así es Elda y sus mandamases, lease, políticos y empresarios, destruir, olvidar, constriur para destruir y volver a empezar. Crear e innovar no está reñido con tratar de conservar los legados históricos para saber de dónde venimos y comprender mejor nuestro presente.
Nada que ver con Petrer, envidia sana me da el vecino pueblo que ha sabido conservar su historia, y nada que ver sus representantes políticos, aunque sean del mismo color que los de Elda, mucho deberían de aprender los de Elda de sus vecinos de Petrer, me refiero a los políticos, unos apoyando a cualquier actividad que se realiza en su pueblo (Petrer) Otros apoyando sólo a los que son de su cuerda (Elda) olvidando que gobiernan para todos, tanto si les han dado su apoyo públicamente como si no, gobiernan para todos ya que entre todos les pagamos
Entiendo que es un disparate que se llegue a estos extremos, hablando de un ! museo ¡.Conociendo a Sanchiz, no entiendo, lo que ha pasado, es completamente inaceptable que haya sido capaz de impeler una demanda de desahucio en la que ha primado el interés económico (o político) sobre el cultural consolidado, tal es el caso del Museo Etnológico.
Hay un tufillo politico en este caso que no huele nada bién.
impeler.
(Del lat. impellĕre).
1. tr. Dar empuje para producir movimiento.
2. tr. Incitar, estimular.
Para tenerlo claro.
La patronal zapatera ya sabe lo que quiere, tener una tienda Outlet,…, es que conociendo a Sanchiz no debemos esperar otra cosa, !Cuanto dinero le saco a los valencianos para poner fábricas de calzado en China?
Apuesto que la resolución de los tribunales será que se vayan de allí.
Ah, si Pedrito Rico levantara la cabeza, …. , ¿hubiera seguido siendo la bandera de Elda en el extranjero? Quizás no.
incredible : (adj. ingles)
Traducción : 1.-impresionante
2.-Increible
3.-Alucinante
Particularmente me decanto por la tercera acepción.(en el caso del museo)