El Hospital General de Elda ha creado una Unidad de Cuidados Intermedios con el objetivo de ofrecer más medidas terapéuticas y cuidados de enfermería a aquellos pacientes que no siendo críticos pueden llegar a serlo, por lo que necesitan un mayor control que el dispensado en la planta de hospitalización convencional, intentando evitar de este modo complicaciones graves que supondrían su ingreso en Cuidados Intensivos.
Para ello, se ha habilitado un box de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con tres camas para atender a pacientes procedentes de Medicina Interna y especialidades médicas. No obstante, Agustín Jiménez Mañas, jefe de servicio de la UCI, explica que “se trata de una apertura inicial y dentro de unos meses cuando veamos el resultado podremos ampliar los recursos y abrirnos a otros servicios como Urgencias o plantas quirúrgicas, ya que tenemos la capacidad de incrementar el número de puestos si las necesidades lo requieren”.
En sus inicios la creación de la Unidad de Cuidados Intermedios dentro de la infraestructura de la UCI ha supuesto el incremento de una cama en la UCI, que tras la habilitación de este espacio ha quedado estructurada en siete camas destinadas a pacientes críticos y tres camas para cuidados intermedios.
Al ingresar en la Unidad de Cuidados Intermedios, los pacientes graves, potencialmente críticos, quedan atendidos por el médico intensivista y el personal de enfermería, con un control mayor que el que recibe en la planta de hospitalización convencional, con los beneficios que conlleva esta atención para el usuario.
Entra las ventajas de la puesta en marcha de esta Unidad, el doctor Jiménez Mañas destaca “una mayor calidad asistencial para el paciente, ya que no vamos a esperar a que se produzcan complicaciones graves, sino que vamos a intentar resolver el problema antes, además de contar con más cuidados de enfermería”.
Entre los beneficios para el resto del Hospital y sus profesionales, la existencia de la Unidad proporciona seguridad y comodidad a los profesionales de la planta de hospitalización, que pueden derivar al enfermo si es susceptible de complicaciones, al tiempo que se descarga la presión asistencial de los profesionales de enfermería de la planta y se liberan camas.
Los pacientes susceptibles de ingresar en la Unidad son aquellos con patología reversible. De hecho, se ha estipulado un plazo máximo de 48 horas de ingreso en la Unidad, tras el cual el paciente volverá al servicio donde estaba ingresado anteriormente si ha mejorado o pasará a depender de Cuidados Intensivos, si la situación clínica no permite el alta.