Cada minuto muere una persona en el mundo a consecuencia de la violencia armada. La proliferación sin control de armas convencionales provoca miles de personas heridas y muertas. Son éstas las auténticas armas de destrucción masiva. Y su comercio apenas está controlado.
En julio de este año la comunidad internacional puede cambiar esta situación si, como deberían, aprueban un firme y sólido Tratado sobre el Comercio de Armas. No pretende prohibir el uso de las armas, ni su comercialización. Persigue una obviedad: garantizar que no se realizará una venta de armas cuando haya un peligro sustancial de que puedan utilizarse para cometer graves violaciones de derechos humanos.
Sin embargo existen poderosos intereses contrarios a una regulación de este comercio. EEUU, Rusia y China, figuran entre los principales exportadores de armas. A sus intereses económicos y geopolíticos, debe sobreponerse el interés mayor del respeto a los Derechos Humanos.
Hay que impedir que en Siria se siga tiroteando impunemente con armamento ruso, que la población civil de Libia haya sido víctima de bombas de racimo españolas, o que las manifestaciones pacíficas en Egipto se repriman con material antidisturbios enviado por EEUU. Es el momento de actuar. Necesitamos un buen Tratado de Comercio de Armas.
Durante los meses de mayo y junio, el grupo local de Elda-Petrer de Amnistía Internacional trabajará en esta acción prioritaria de la
organización. Podéis informaros y apoyarnos en: http://www.es.amnesty.org/campanas/armas/.