Nos hacemos eco de la opinión de una «fisioterapeuta indignada», que como otros que se denominan así mismo indignados, pone nombre y apellidos a los males que aquejan el sistema, en este caso el que conoce: el sanitario.
«Nos dicen que la Sanidad genera muchos gastos, que es un objetivo de recortes porque es un sistema deficitario. Nos venden que la seguridad social ofrece una sanidad gratuíta y de calidad a los españoles, motivo de envidias de países extranjeros.
No me creo ni uno ni otro…, y yo trabajo dentro.
Queridos médicos de cabecera, rehabilitadores, traumatólogos, deportivos y demás especialistas del aparato locomotor: si existe déficit, cuando todos los contribuyentes pagamos para cubrir este servicio, es gracias a su ineptitud.
Y me explico… Estoy harta de recibir en consulta gente con dolores del aparato locomotor que han pasado procesos absurdos y caros para llegar a donde tuvo que haber llegado en un principio. Han pasado seis meses de tratamiento con ibuprofeno u otro antiinflamatorio no esteroideo, con miolastan en algún caso. Han sufrido repetidas infiltraciones con analgésicos o corticoides, con sus consecuentes riesgos. Algunos, incluso, han pasado por quirófano. Un largo proceso para el paciente, y muy caro, para todos nosotros. Y tras todo ello llegan al fisioterapeuta porque no han mejorado.
Para colmo, utilizan RMN para diagnosticarlo todo, desde una cervicalgia a una epicondilitis. Quisiera yo saber a cuento de qué hace falta hacer una RMN, para que se diagnostique una tendinitis del músculo supra-espinoso, haciendo esperar con ello al paciente 7 meses (dolorido y limitado en ese periodo).
Han perdido ustedes, por culpa del desarrollo de las técnicas de diagnóstico por imagen, la capacidad de hacerlo con sus manos. Han perdido la costumbre y las ganas de tocar a los pacientes, como si fueran elementos radioactivos. Os recuerdo que en otros países, como en Francia, Chile o Argentina, un traumatólogo diagnostica, con un 80% de fiabilidad (frente al 70% de la RMN) una hernia discal, por medio de un famoso test manual. Han olvidado que este tipo de diagnóstico debe dejarse para descartar otro tipo de patologías mucho más severas, y que las personas que sufren esas patologías (o existe riesgo) han de aguardar una larga lista de espera por «meter en el saco» procesos inflamatorios palpables, visibles o testables a mano, perdiendo opciones de hacer tratamientos precoces para su afección. A parte, todo sea dicho, del grandísimo gasto que cada RMN genera.
Si por lo menos la RMN sirviera para que ustedes emitieran un diagnóstico fiable y pautaran un tratamiento eficaz… Pero tampoco. Una vez hallado el tendón inflamado, o el disco herniado, o lo que sea, finaliza la búsqueda, como si las cosas se herniaran o inflamaran solas. La causa de esa patología estructural se queda en el olvido. Se trata el síntoma como bien dije antes, con paliativos (primero orales, luego infiltrados, y luego ya a quirófano), y a callar. Ya volverá más adelante a aportar otro granito de arena a este sistema enfermo con otra dolencia consecuente a una causa que no saben buscar.
Por favor, dejen paso a la nueva generación de profesionales vocacionales y deseosos de hacer las cosas bien. Dejen paso a osteópatas, fisioterapeutas instruidos en conceptos modernos como la inducción miofascial, las cadenas musculares, la RPG, el tratamiento neuro-meníngeo…, a los terapeutas ocupacionales que dominan Bobath, Perfetti o Le Metayer…, a los médicos homeópatas, naturópatas y demás. Dejen ustedes de venderse a la farma-industria, de intoxicar hígados y tejidos con medicamentos que sólo tapan síntomas, y de farmacologizar cualquier trastorno tratable vía manual. Dejen de engañar a pacientes con dolencias «crónicas» y de instaurarle miedos irreales a tener que vivir limitado, cuando su afección tiene tratamiento (aunque ajeno a su alcance). Dejen de pautar tratamientos basados en corrientes analgésicas y termoterapia inútil. Dejen de prescribir férulas y ortesis pasadas de moda e inservibles, sillas de ruedas sin adaptar y productos de apoyo inadecuados al usuario. Y, por favor, dejen los absurdos protocolos obsoletos de hace 30 años o 5 años, que ya ni de paliativos funcionan, y que sólo sirven para callar al paciente y darle algo que hacer.
Y aprendan a diagnosticar, que «lumbalgia» y «gonalgia» no son diagnósticos, sino síntomas dichos en latín. Aprendan a derivar al profesional competente cuando no sepan ver una restricción en un tejido o una cadena lesional.
Por último, dejen de llamar masaje a las terapias que aplicamos, que tanto esfuerzo, tiempo y dinero nos cuestan aprender. ¡Nosotros sí invertimos tiempo y dinero en la calidad asistencial del paciente y de nuestro propio bolsillo!
Cuando hagan todo eso, nuestro sistema de rehabilitación será, entonces, un sistema de calidad, donde se atienden personas, y no enfermedades. Y encima, eliminaremos esperas de las listas, y ahorraremos en fármacos, cirugías, rayos X y resonancias, que lo estamos pagando todos.
Fdo.: Una fisioterapeuta INDIGNADA (abril 2012)
P.D.: Y los huesos del cráneo SÍ se MUEVEN