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Ayer, 2 de Febrero se celebraba el Día de los Humedales, ecosistemas que en nuestro país se encuentran amenazados por la sequía y por la mala gestión de los acuíferos y la edificación masiva, entre otros abusos.
Estas zonas húmedas además de ser el hábitat de muchas especies clave y el refugio de numerosas aves migratorias realizan una gran labor de filtración/ depuración del agua, que mantiene nuestros acuíferos en perfectas condiciones, entre otras muchas labores como el control de inundaciones o la lucha contra el cambio climático, lo que las convierte en un bien muy valioso para nuestro bienestar además de unos rincones realmente bellos y llenos de vida.
El Clot de Galvany
El Clot de Galvany es uno de los grandes humedales de Alicante que lleva años atacado y agredido por uno de los grandes males que azotan nuestra tierra: el urbanismo descontrolado.
Con una superficie de más de 350 hectáreas y localizado entre las partidas rurales de El Altet y Los Balsares, fue declarado Paraje Natural Municipal por Acuerdo del Consejo de la Generalitat Valenciana de fecha 21 de enero de 2005. Del mismo modo, se halla incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas, aprobado mediante Acuerdo de 10 de septiembre de 2002, del Consell de la Generalitat.
Aún así, este paraje natural se encuentra sometido a una altísima presión urbanística, que pone en riesgo este ecosistema de incalculable belleza y riqueza medioambiental.
Este humedal es un enclave de gran valor ambiental. En él se pueden distinguir diferentes ecosistemas, que contienen una flora y fauna de gran relevancia a escala autonómica e incluso estatal. La cerceta pardilla, la garcilla cangrejera, la malvasía cabeciblanca y el porrón pardo son algunas de las especies de aves que tienen en este humedal un refugio cada día más amenazado. Entre los anfibios destacan el sapo corredor y la rana verde común, así como una gran variedad de reptiles.
Asimismo, este paraje alberga la mejor formación dunar de la provincia de Alicante y una de las mejores de la Comunidad Valenciana, con un sistema de dunas móviles, semifijas y fijas, que en tiempos pretéritos y desde la década de los sesenta fueron destruidas por la intensa actividad urbanística desarrollada en el contexto del fuerte crecimiento de la demanda residencial vinculada a la intensa actividad turística de las zonas litorales alicantinas.
Todo esto hace de este maravilloso ecosistema alicantino un ejemplo de los muchos de humedales que en todo el territorio nacional está en alto riesgo de desaparecer.
Los humedales ofrecen una gran variedad de servicios a los agricultores y a la población en general, y si bien el hombre puede considerarse el origen de las causas que conducen a su pérdida, no podemos permitir el degrado de estos frágiles ecosistemas. Por el contrario, disfrutar de ellos está al alcance de todos, y su conocimiento y respeto puede llevarnos a la reduciendo de la presión de los usos en su entorno y a evitar la pérdida de estos valiosos y hermosos lugares.