Vimos ya cómo brotaba el agua en Los Molinos de Monóvar, así que nos centramos ahora en el Rincón Bello, donde el fotógrafo Néstor Rico vivió toda una experiencia asistiendo a la llegada del agua al paraje. «Llevaba ya una hora y media allí, extrañado porque no veía agua por ningún lado, y yo sabía que tenía que haber, porque había llovido más que suficiente», nos explica, «cuando de repente noté vibrar el suelo y vi cómo llegaba agua en abundancia. Fue como una explosión». Rápidamente salió de su cauce, pues estaba en mitad de la rambla, y se puso a hacer fotos. «Bueno, en realidad, intenté hacer un vídeo, porque la cámara que llevo ahora lo permite, pero por inexperiencia no salió como deseaba», se lamenta, «y es una lástima porque es realmente emocionante ver llegar la avenida de agua». Después, como mostramos a continuación, estuvo haciendo hasta el anochecer fotos de larga exposición, para lograr esa característica sensación de fluidez de las imágenes. «La siguiente vez también saldrá el vídeo, seguro», ha prometido el humilde y genial fotógrafo y naturalista local.
Qué preciosos parajes tiene Petrer, y qué poco los valoramos… Respetemos y conservemos nuestro patrimonio natural para las generaciones futuras.