17 de junio: San Gregorio Barbarigo, o Las barbaridades del futbol.

“Arriba y abajo” es el título del último libro de cuentos que acabo de leer y viene al pelo de la revuelta que se está armando con los fichajes multimillonarios del Real Madrid. El libro es un compendio de cuentos de la montaña, en su sentido más rural, (¡triste de mí, que soñaba con nieves eternas!). Sus autores no tienen desperdicio: Leopoldo Alas “Clarín”, Washington Irving, Gustavo Adolfo Bécquer, Charles Dickens y otras firmas no menos interesantes. Ante tal variedad de estilos el resultado era previsible: unos bien y otros regular, pero todos pulcramente llevados a un final con genialidad. Pero de montañismo, nada.

Arriba y abajo, son dos términos tan contrapuestos como el Real Madrid y el Barça, y resulta lógico que lo que hagan unos, sea puesto en duda por los otros. En términos de rivalidad es hasta bueno que así sea, por lo reflexivo y terapéutico para los propios dirigentes, ahora bien, el colmo es que entren al trapo, en este país, hasta los pedorros de las pachangas del corazón que ya se atreven a considerarse, ellos mismos, periodistas. ¡Pa cagarse! No sólo no se contentan con buscarles los trapos amorosos a los deportistas, que ahora se atreven a entrar en materia económica; lo dicho ¡Pa cagarse! Ya es de tener muy poquita vergüenza, presentarse delante de las cámaras con el único apoyo curricular de haberse encamado con un famoso o famosa, como para querer saber también de economía. Debe ser por eso que así nos va.

Otros que tal bailan son, los que yendo para políticos se quedaron en el camino, y siguen vociferando antiguas consignas de derechas e izquierdas, como si esta España siguiera anclada en aquel periodo febril de sus fracasadas cazapoltronas. No, no crean que a ellos les dé igual, no. Ellos necesitan que siga existiendo arriba y abajo, derecha e izquierda, y que todo siga igual, para seguir dándole a la manijeta, que es la manija de hacer caja por la jeta. Llegan a tener tan poca vergüenza que se permiten, defender a sus acólitos, o ex (en esto son iguales los de derechas que los de izquierdas), ocultando sus propias vergüenzas y remarcando la paja ajena, pues también estos fracasados, se permiten opinar de economía.

De los sindicalistas tendré que hablar alguna vez. ¡Otra vergüenza nacional! Organismos sin sentido ni necesidad, desde hace ya demasiado tiempo en este país, pues estos también se apuntan a la hora opinar sobre los traspasos de los jugadores del Real Madrid.

Opina hasta el clero, que ese sí que debería irse a… a decir misa y menos tonterías. ¡Vamos! Que si lo que quiere es evitar el despilfarro, que llame al Vaticano a ver si empiezan por allí. Opinan también, ¡Faltaría más! Nuestros políticos, ¡ellos que saben tanto!, que llevan meses haciendo el tonto, sin dar un palo bueno al agua de esta crisis. O sea que de economía nacional ¡Ni puta idea! Pero del Real Madrid están muy puestos ellos.

Mientras unos dicen que hace falta confianza y que hay que invertir, otros dicen que invertir de esta manera es un despilfarro. ¡Qué país! Todos se creen muy listos y todos se permiten opinar, ¡Pero de lo que a ellos ni les va ni les viene!, mientras que de lo suyo ni mú, de lo suyo no solucionan nada. ¿Qué está pasando? ¿A qué vienen estos rebotes?…

Todo esto me recuerda la caza de bujas que le hicieron al banquero Mario Conde, cuando éste, parece ser que estaba preparando su incursión al ruedo político. No es que defienda a Marico Conde. Nada más lejos de mi intención. Pero tengo la impresión de que, el de la gomina fue a la cárcel, un poco como Al capone, por nimiedades delictivas, en comparación.

La realidad es que estaba teniendo éxito y tanto a González, como a Aznar, les estaba empezando a hacer sombra, y entre los dos… ¡zas! Para algo dirigen también al Banco de España.

¿Estará Florentino preparando un asalto a la política? Si eso es así; o cuando eso sea así, ¡Temblad! Politicuchos sin seso, curicas blaugranas acongojados, pedorras del burdel cajitonto, vividores del sindicalismo, ya muerto, y comentaristas pacotilleros de las diestras y siniestras intenciones. Poneros a reflexionar, si es que el intelecto os llega y reconoced que el presidente blanco, ha sido capaz, él sólo, de generar más ilusión que ninguno de los asiduos talantaneros o gavioteros que nos aburren a diario en todos los telediarios; que ya quisiera la iglesia levantar tanto interés, aunque sea en la misa del gallo, y los sindicatos, tener la millonésima afiliación de los que van un domingo al campo de futbol.

Falta hace que inviertan los que sólo se dedican a gastar a manos llenas y repartir a los amigotes “de confianza”. Sinceramente Florentino, yo que tu, anunciaba tu interés político, sólo para que cada cual se dedique a lo suyo, se acojone y se calle.

No te olvides de avisarnos, si a ello te decides, y verás que somos muchos, los que siguiendo tu ejemplo, pediríamos hasta prestado para invertir en farmacopea, departamento de anti diarreicos.

Hablando de no cagar, ya salió el problema de todos opinando, esta vez, a la hora de apremiarle a mi nenico en eso de vaciar. ¡Que si dale esto, que si dale de aquello…! Entre todos los remedios va la abuela y recomienda una hoja de geranio por el culo. Mi niña, muy fina ella, y muy moderna, primero se niega en redondo ante tan antiguo remedio, pero luego consultándolo con una amiga, que al ser de su edad gana en credibilidad, nadie sabe porqué, a su mismísima santa madre, va y lo pone en práctica.

¿Cómo ha sido el cambiar de opinión? –pensé en preguntar intrigado, pero no hubo ocasión, ni necesario fue, pues ella misma contó de su amiga la opinión.

¡Mira chica, a todas nos han metido alguna vez un geranio por el culo! Yo pensé cuan razón tenía aquella amiga de la madre de mi nieto, y es más, pensando en lo económico, en lo político y en lo sindical, en la caja tonta y en los tontos del panal, añadí: ¡Ojalá fueran sólo geranios! Y me quedé mirando a mi nenico, que es bonico, hasta cagando.

¿Y eso te lo van a publicar?, –dijo la abuela asustada- ¡No sufras, chica! –Contesté yo sin resentimiento,- que donde ahora ponen esta sección de opinión, nadie lo va a leer, y el libre pensamiento, como tantas cosas en este país, se lo volverá a llevar el viento.