En el día de ayer se pusieron en marcha las tareas de derribo parcial del que es uno de los más emblemáticos edificios de la localidad de Petrer: el colegio Primo de Rivera. Testigo de los más importantes hechos históricos del pasado siglo, este lugar fue construido en la última etapa de la dictadura de Primo de Rivera, allá por el año 1929 y siendo alcalde de la ciudad Luis Villaplana Reig. Cayó el régimen dictatorial y la escuela siguió siendo el escenario educativo en los distintos sistemas políticos que se sucederían: la II República, el franquismo y la posterior y reclamada democracia. Adaptándose a cada una de estas épocas, la escuela caminaría, no sin problemas, hasta que la década pasada cerró definitivamente sus puertas.

En estos últimos días, el colegio ha sido protagonista mediático de algunos enfrentamientos políticos relacionados con la justificación de este derribo, pues el gobierno popular aseguró en su momento que el edificio sufría de aluminosis, hecho por el que debía procederse a la demolición de la parte central y trasera, las dos afectadas según el informe técnico del año 2010. Sin embargo, finalmente el proyecto de derribo ha sido modificado por el sobrecoste que suponía el tratamiento de los techados de fibrocemento al que obligaba el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (INVASSAT). Ante este cambio plasmado en el nuevo informe, donde se omite la supuesta enfermedad del edificio, el PSOE ha venido recordando que el PP justificó ese derribo por «los problemas de aluminosis que afectaban al edificio», por lo que el grupo socialista acusa al gobierno de «mentir para justificar el derribo«.

De cualquier modo, la parte trasera del edificio ya está siendo derribada, y finalmente, tal y como anunció el edil de Urbanismo, Fermín García, la central quedará sellada “por el momento y a la espera de actuar en él en el futuro”.