Después de ser obsequiado con la insignia de plata del club y vivir la sorpresa que le dieron sus amigos más íntimos cuando se presentaron en su casa enfundados en las camisetas que ha llevado cada año que ha estado en el equipo, Verónica Verdú ha asimilado en toda su dimensión lo que ha supuesto su fichaje por el Mar Alicante el pasado mes: cerrar una etapa…y abrir otra.

Para alguien que llevaba en el Prosolia Gaviota Elda Prestigio desde los 16 años, cuando despuntó en el juvenil y comenzó a doblar entrenamientos con el primer equipo, la tomada no era una decisión fácil, pero Verónica está muy segura del paso dado, pues responde a su principal demanda deportiva: “jugar más”. Aunque su carrera está plagada de éxitos, con la conquista de tres ligas, una copa de la reina y unos cuartos de final de campeonato europeo, la jugadora petrerense siente que su posición en el equipo se había estancado “y tenía colgada el cartel de suplente”. Algo que, según explica, “puedo entender, pues en los últimos años no he sido regular debido a las lesiones” (Verónica ha sufrido tres lesiones graves, entre ellas una rotura del tendón de Aquiles y la temible tríada de rodilla), pero que se había convertido en una desventaja crónica que la lastraba desde el mismo instante en que comenzaba la temporada, “y necesito otro punto de partida”. “La prueba la tienes en esta última temporada”, argumenta, “que a pesar de que he estado a pleno nivel físico y he rendido como nunca, no parecía que si seguía en el equipo fuera a tener más minutos esta próxima temporada”. Por ello, Verónica se persuadió en las últimas jornadas de liga de que necesitaba un cambio de aires, y tras comunicárselo al club y sopesar las distintas ofertas que los clubes han hecho por su fichaje, ha decidido jugar la próxima temporada en el Mar Alicante.

El equipo de la capital de la provincia completó la pasada liga la mejor campaña de su historia, quedando en cuarto lugar y clasificándose para disputar la previa de la copa de Europa. Además, “es un proyecto interesante, con un equipo joven y ambicioso”, que seguro que “va a dar mucha guerra”. Verónica, reconocida como una gran defensora, también tiene ganas “de aportar cosas en la delantera y jugar ofensivamente”, algo que sólo ha podido realizar muy de vez en cuando en el club eldense y que el equipo técnico de su nuevo equipo ya le ha comunicado que quiere potenciar. Animada y optimista son, entonces, las palabras que definen su ánimo ante este nuevo reto, aunque sabe que tendrá que pelear por el puesto, en competencia ni más ni menos que con Beatriz Fernández, la actual lateral titular de la selección española.

“Creo que la confianza es la clave, y este año he ganado mucha. He madurado en mi juego y tengo más recursos, también estoy más concentrada y más fuerte mentalmente, así que me da igual empezar en el banquillo, sé que progresivamente tendré más minutos y que los voy a aprovechar”, sostiene. Cambiar de equipo quizá sea un paso más en su maduración como jugadora, “pues permite hacer balance e intentar un nuevo comienzo, cosa que puedo hacer ahora, con 25 años, pero no mucho más tarde”. Cuando ahora mira atrás, “me doy cuenta más que nunca de las cosas que he conseguido y el mérito que tiene haber participado, todo el mundo sabe lo gran equipo que es el Elda y las grandes figuras que tiene, pero es algo que no valoras igual cuando ha sido el equipo de tu ciudad, el equipo en siempre has jugado”. De su ya antiguo club, Verónica guarda grandes momentos y “las enseñanzas de todos los malos”, y no tiene más que agradecimientos “a los directivos, técnicos, compañeras y afición, con los que siempre he mantenido un trato excelente”. Reconoce los emotivos momentos vividos en estos últimos días, pero eso “ya queda atrás, ahora viene una nueva época en la que quiera crecer como jugadora y levantar más títulos”.

La temporada de balonmano comenzará a finales de septiembre, aunque la jugadora local conocerá su nueva realidad “el 27 de julio, en que se inician los entrenamientos”. Antes, sonríe, “un mes de vacaciones”.