Hace muy poco que empezó el movimiento de los “indignados” y sin embargo, parece que vivamos con él desde hace mucho tiempo, pues en todas las conversaciones y comentarios siempre hay quien saca el tema, unos diciendo que no va a ninguna parte, otros comentan que se debía de haber hecho antes, no falta quien dice que son una panda de “modernos” que no tienen ni idea, pero sin embargo, somos muchos los que nos alegramos y consideramos que este movimiento espontáneo de cabreo tendrá un gran importancia en el futuro próximo.
Hay quien descafilica a los “indignados” diciendo que están desorganizados, y que no se aclaran en sus propuestas y objetivos. A esto hay que responder que la criatura no ha cumplido más que un mes en escena y con este corto tiempo ¿como queréis que lo tenga todo claro?. Queda patente que han partido (o hemos partido, pues nos queremos incluir) de unos grandes principios que por desgracia de la mayoría se han ido relegando cuando no olvidando: pacifismo, expulsión de los corruptos de la politica, acotar los grandes beneficios de la banca, exigir que todos los votos valgan lo mismo, mayor participación en los asuntos públicos. ¿Que más se puede pedir?
Está claro que organizar de forma justa y sostenible una nueva sociedad es complicado, nunca alcanzaremos los acuerdos precisos y plenamente satisfactorios para todos, pero ahí está el encanto de la utopia, el deber de intentarlo sabiendo que serán otros los que apoyándose en nuestra españda verán un día la nueva sociedad. No dudamos que apareceran serias dificultades en el camino cuando se empiecen a plantear los problemas uno por uno, ¿Qué hacer con el Senado, con las Diputaciones, con el Concordato, con el Ejercito, con la Monarquía, con las Centrales Nucleares…? a todo este entramado de asuntos nos respondemos; tranquilos no hay prisa, vamos alcanzando puntos de consenso y se plantea estudiar prioridades.
Queremos recordar que los acampados que ocupan pacíficamente muchas plazas del país, ya se esta planteando reformar la constitución tomando como modelo algunos articulos de la de Dinamarca, nombrar una comisión redactora, como se ha hecho en Islandia y marcarlo como objetivo. (Obsérvese que estamos hablando de países democráticos y europeos).
¿Deficiencias? muchísimas. Es muy difícil llegar a acuerdos, incluso, en el funcionamiento de una asamblea. Unos proponen crear comisiones especificas y que en ellas se elijan portavoces y que sometan a votación los preacuerdos a los que se ha llegado, otros que sea la asamblea la que lo discuta todo, hay quien se opone a que se nombren portavoces, otros quieren que se nombren pero que sean rotativos… , pero tranquilos, no hay prisa poco a poco se irán encontrando las mejores formulas.
Otro aspecto a tener muy en cuenta es la acción corrosiva que puedan desarrollar provocadores infiltrados que insultan a la policía, que plantean acciones a la asamblea que nada tiene que ver con el movimiento y que de forma organizada intentan desviar el objetivo principal que se busca. También pueden aparecer pequeños grupos de paisano que agreden a los congregados esperando su respuesta violenta y así un largo etc., pues la oligarquía financiera que ha provocado nuestra indignación tiene armas muy poderosas además del dinero, se trata de los medios de comunicación, la mayoría de su propiedad con las que manipulan nuestras conciencias.
Per no todo es negativo, los “indignados” empezamos a despertar y cada vez somos más conscientes de la situación. Modestamente, pensamos que desde el fin de la II Guerra Mundial, es probable que el movimiento del 15 M sea el más serio que ha aparecido en Europa, pues si bien el Mayo del 68 en Francia marcó un importante hito y fue un revulsivo del cual nacieron muchos cambios sociales en la juventud y que todavía hoy perduran en algunos que rondamos los 60 años, estamos convencidos de que la huella de este incipiente movimiento marcará el camino de los que creen, que otro mundo es posible.
Para terminar queremos recordar lo dicho por un político muy querido por nosotros que ya no está en activo, decía, “esos los de las plazas, son los nuestros”. y responderle, “no, no son los nuestros, tú eres suyo”. ÁNIMO.
por Antonio Bernabé y Boni Navarro