El valor del testigo

 

El maestro Juan Martinez que estaba allí

Manuel Chaves Nogales

Libros Asteroide

El valor del testigo

“Cada guerra es una destrucción del espíritu humano”

Henrry Miller

La odisea vivida por Juan Martínez tenía que ser contada. Digna de ser una novela de aventuras, la vida del bailaor flamenco es narrada a través de su propia voz en las páginas de ‘El maestro Juan Martínez que estaba allí’. Es el periodista Manuel Chaves (Sevilla, 1897-Londres, 1944) el encargado de dar forma al relato convirtiéndolo en un documento fundamental a través del cual se conocen los sin sabores de la Revolución Rusa de 1917 y posterior guerra civil con sus consecuentes dosis de hambre, miseria, desesperación y muerte.

El maestro Juan Martínez estaba allí, vivió durante años como un ruso más, ganándose la vida actuando de cabaret en cabaret, a merced de los caprichos políticos de la época y fue testigo de primera de las atrocidades cometidas durante esos tiempos convulsos. Manuel Chaves Nogales no estaba allí, pero encontró a Martínez en el momento adecuado. Años después en París, el bailarín burgalés cuenta a Chaves Nogales las aventuras y desventuras vividas en tierras rusas junto a su esposa y compañera de escenario Soledad. El periodista trascribe entonces la historia real y la convierte en una crónica histórica con altas dosis de novela, o si se prefiere, en una novela que emana buen hacer periodístico en cada uno de sus pasajes.

En el epicentro

En 1922 Juan Martínez y Sole abandonan definitivamente la Rusia comunista para regresar a España seis años después de su llegada al extenso país. El barco Anastasia les aleja de las penurias de un país machacado. Aquí termina el periplo narrado en la obra de Chaves Nogales, un periplo que comienza mucho antes, en 1914, cuando Juan Martínez y Soledad se instalan en Turquía para ganarse la vida sobre los escenarios. La historia del bailarín y su compañera es una historia de huida continua, los conflictos les persiguen allá dónde van. Y es que se encuentran en el momento y en el lugar idóneo para sufrir los conflictos de una Europa incandescente. El 29 de Octubre de 1914 Turquía se adhiere a la causa de los Imperios Centrales y por tanto, la guerra y sus efectos azotan las vidas de quienes allí viven, entre otros la pareja de artistas.

La ilusoria prosperidad que les promete la Rusia zarista empuja a los protagonistas a intentar suerte en el enorme país. Pese a la ostentosidad que presenta el territorio (enormes palacios y lujos) existe un peligro latente y que da sus primeros coletazos en marzo de 1917. La conocida como la Revolución de febrero derroca al zar Nicolás II y su líder Alexander Kerénski se convertirá en Primer Ministro de la nueva república. El estallido de la Revolución encuentra a Juan Martínez ni más ni menos que en Petrogrado, epicentro del conflicto. Un conflicto consecuencia de la desesperación de un pueblo hambriento que observa con indignación las enormes desigualdades sociales e injusticias llevadas a cabo por el sistema zarista. Las ideas comunistas sirven de combustible para legitimar un nuevo régimen.

En octubre del mismo año tiene lugar la Revolución Bolchevique que vendrá a consolidar el régimen comunista. Juan Martínez se desplaza de una ciudad a otra buscando la estabilidad y huyendo de los horrores que ha presenciado. Lo cierto es que, a cada movimiento del maestro, los conflictos se activan y el protagonista se convierte en testigo de excepción, como ocurre con la contienda desarrollada entre el ejército Rojo y las tropas nacionalistas ucranianas en Kiev.

Híbrido

Repleta de personajes peculiares e historias sorprendentes, si hay algo que hace a esta obra peculiar es su tratamiento, su estilo y la forma en la que esta escrita.

Las características de la obra en cuanto a estos aspectos hacen difícil su clasificación. Es una pieza a caballo entre la novela y la crónica periodística. Los ejemplos más conocidas de esta fusión de géneros son ‘A sangre fría’ de Truman Capote y ‘Relato de un naufrago’, consideradas las pioneras de este nuevo híbrido y que sin embargo se escribieron más de veinte años después de que Chaves Nogales documentara las vivencias del maestro.

‘El maestro Juan Martínez que estuvo allí’ es una novela por que se lee como tal. Cumple todos los requisitos de toda buena novela de aventuras: relata con minuciosidad los detalles y mantiene la atención del lector, entreteniéndolo hasta el final y sorprendiendo con detalles que la dotan de cierto suspense.

Chaves Nogales se sentó con Juan Martínez en un café de la Plaza Tertre de París y éste le contó al periodista su historia: una historia de la cual recordaba nombres y detalles. El autor transcribió la narración en un estilo claro y directo, sin artificios, abusando de los calificativos permitidos en un trabajo periodístico al uso. Compuso una crónica de los años correspondientes a la Revolución Rusa, poniendo en antecedentes a los lectores y ordenando cronológicamente los hechos.

Perspectiva

Otro de los aspectos que convierten a esta obra en una pieza realmente interesante y que me gustaría señalar especialmente es el tratamiento de la historia. Si bien la literatura esta repleta de ejemplos de los conflictos armados, ‘El maestro Juan Martínez que estaba allí’ es uno más pero con una peculiaridad: el asunto político es obviado. Es obviado en la medida de lo posible, pues la política tiene esa desagradable capacidad de impregnarlo todo. No obstante, en este caso el autor tan solo relata los hechos contados por Juan Martínez, y este a su vez cuenta lo que ve y lo que vive: la desesperación, el hambre, la miseria, la decadencia y la muerte. Para Juan Martinez no existe ideología en lo que observa y vive en sus propias carnes. Las ideas y la abstracción de los fundamentos revolucionarios no existen en la práctica. Es por ello que nos encontramos ante un documento de un gran valor histórico que aporta una mirada mucho más humana de la guerra.

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