Agentes de la Policía Local y Policía Nacional detuvieron ayer por la tarde a cuatro jóvenes que intentaron sustraer el cableado de cobre de una fábrica cerrada desde hace mucho tiempo. Los jóvenes, de entre 18 y 22 años, portaban una cizalla para cortar el cableado y sustraer el cobre y permanecieron durante dos horas escondidos en la parte superior de la fábrica hasta que los agentes dieron con ellos.

La Policía Local de Petrer, alertados por una llamada anónima, acudieron al lugar en torno a las tres de la tarde. Una vez allí, y con la posibilidad de que los ladrones continuaran en el interior, los agentes solicitaron la participación de todo el servicio, ya que la nave tiene fachada en cuatro calles, incorporándose además varias unidades de la Comisaria de Policía Nacional de Elda y Petrer.

Finalmente, los agentes solicitaron la ayuda de los bomberos para que estos facilitasen el material necesario para acceder al lugar donde se escondían los ladrones. Una vez localizados y detenidos los cacos, los agentes presentaron los utensilios que portaban los delincuentes así como un vehículo en el que probablemente iban a transportar el material robado. Los ladrones tenían preparado gran cantidad de cable así como otros componentes de la instalación de la empresa.

La fiebre del cobre

El metal se ha convertido en el objetivo de muchos actos vandálicos, la mayoría considerados como délitos menores, pero causando una notable molestia a las víctimas que tienen que afrontar gastos mayores por las reparaciones que por el material sustraído.

Hace unas semanas la Policía Nacional detenía en Elda a un individuo al que se le imputan más de treinta sustracciones de cobre. Además, los agentes incautaron en el domicilio de éste trozos de tubo de aluminio recubierto de plástico de cuyo interior ya había sacado los hilos de cobre que, posteriormente vendió en chatarrerías y centros de recuperación de metales. El detenido había vendido cerca de 500 kilos de este preciado metal.

El numero de delitos relacionados con el cobre ha aumentado sustancialmente durante estos dos últimos años y va parejo al aumento de su valor. Desde 2008, cuando el mineral rojo tocó fondo (3.500 euros la tonelada), el valor de cobre no ha dejado de subir hasta multiplicarse por diez.   A día de hoy, un kilo de cobre puede costar cerca de los 150 euros, un precio que resulta atractivo en estos tiempos de crisis para quienes cometen este tipo de delitos.