“Cuando se hace cultura a su manera y su fin no es el de instruir sino el de condicionar, el resultado es la semicultura”.
El concejal-delegado de Cultura ha dado muestras de su estrechez de miras en lo que se refiere a lo que es y no es “cultura”, y de su más que discutible talante democrático. Básicamente, todo lo que no sirva a los intereses de su partido hay que arrinconarlo e invisibilizarlo, y más teniendo en cuenta que dentro de unos meses se celebran elecciones municipales.
Hace nueve meses el “Área de la Dona” de Esquerra Unida de Petrer solicitó la sala de exposiciones del Centro Cultural para la exposición “Mujeres en la Segunda República”. Su programación estaba prevista para el mes de marzo. Desde la Concejalía de Cultura se nos contesta ahora que en esa sala de exposiciones tiene prioridad la programación cultural municipal y que para ese tipo de “eventos políticos” nos cedía la muy digna sala del museo “Dámaso Navarro”
Es posible que el Sr. concejal considere que debamos estarle agradecidas a su generosidad, pero debemos recordarle que entre las tareas de su delegación está la de “Facilitar la utilización preferente de las instalaciones culturales municipales, dado el carácter formativo y de esparcimiento de las mismas, a las asociaciones y entidades culturales de Petrer”
El “Àrea de la Dona” de EU no es evidentemente una asociación cultural pero sí trabaja por una nueva cultura muy distinta a la que defiende el Sr. Concejal. Para nosotras no existe esa línea divisoria entre cultura y política porque ambas son indisociables. En cambio el Sr. Concejal se erige en juez y parte delimitando ambas para esconder y ningunear todo aquello que no cuadre con su aséptica visión de lo que es y no es cultura, o que crea que no sirve a los intereses de su partido. De aquí se deduce que al Sr. Concejal y al Partido Popular le interesa una ciudadanía resignada políticamente que sólo atienda a sus consignas y le vote cada cuatro años. Ese es su concepto de “política”. Y la cultura bien empaquetada y con certificado oficial.
Al Sr. Concejal podrá gustarle o no la exposición “Mujeres en la 2ª República “, según sus preferencias estéticas y políticas, pero lo que no puede hacer es ceder las instalaciones culturales municipales (que son públicas) a su libre albedrío como si fueran de su propiedad, negándolas cuando no le conviene con unos argumentos tan mezquinos.
Muy fuerte es esto!! Ya vemos de qué va Payá y sus amigos del PP. Eso sí, usar las salas de exposiciones para sus cosas, publicar folletos y libros de sus amigos o invitar a los defensores del Tea Party a presentaciones es lo que le gusta al inspector.
¿Saldrá esta denuncia en El Carrer?
El talante democrático del señor concejal de cultura, deja mucho que desear. No es idóneo el Forn para una exposición, pero si lo es para que su partido político haga propaganda a manta. Estan manipulando y utilizando los espacios públicos, para su rentabilidad politica que se basa en la imagen y la propaganda.